GUERRA PSICOLÓGICA; TEORÍA ETERNA Y PRÁCTICA 2.0

Consideraciones sobre la definición de la Guerra Psicológica

No es nueva la Guerra Psicológica; se ha usado desde siempre. Simplemente con el surgimiento de la ciencia se ha teorizado, y se ha podido aplicar más concienzudamente gracias al surgimiento de las nuevas tecnologías de comunicación. Vikingos y mongoles esparcían rumores e historias sobre su ferocidad para intimidar a sus oponentes antes de enfrentar la batalla; los romanos usaron la derrota humillante de Cartago para advertir sobre lo que suponía enfrentarse a Roma, se definió como Paz Cartaginesa a la paz impuesta tras la humillación en la derrota[1]. Era un claro mensaje psicológico para quienes osase levantarse contra Roma.

La matriz de la guerra psicológica es la guerra política. Según la define Paul M. A. Linebarger[2]: Guerra política (también llamada "Diplomacia de crisis / o " la guerra de nervios” o la "diplomacia de intimidación dramática ") consiste en enmarcar la política nacional en tal forma que facilite la propaganda o las operaciones militares, ya sea con respecto a las relaciones políticas directas de los gobiernos entre sí, o en relación con grupos de personas que poseen un carácter político[3].

Continúa Linebarger; “En la I Guerra Mundial, la guerra psicológica se empleó por medios de Guerra Política a través de propaganda de combate […] La guerra psicológica de los aliados se basaba preeminentemente en la guerra política desarrollada por el presidente Woodrow Wilson”[4].

Por lo tanto, la guerra psicológica es subalterna de la guerra política, y ambas han de estar definidas y sincronizadas para alcanzar los objetivos deseados[5]. El coronel del ejército americano Alfred H. Paddock, Jr[6] nos define la guerra psicológica como el previamente “planeado uso de comunicaciones para influir en las actitudes y el comportamiento de los seres humanos. Consiste en acciones políticas, militares e ideológicas dirigidas a crear en escogidos grupos humanos comportamientos, actitudes y emociones que respalden los objetivos nacionales[7]”.

Más detalladamente Paddock explica que la guerra psicológica abarca aquellas actividades planificadas y realizadas para influir en las opiniones, las emociones, las actitudes y el comportamiento del enemigo, la población indígena y la neutral, o en grupos extranjeros amigos para apoyar los objetivos de la nación[8].

Escribía el político inglés Lord Arthur Ponsonby que el poder psicológico es tan importante como el militar, y que la moral de los civiles y de los soldados debía ser controlada. Señalaba Ponsonby que los actores activos de la retaguardia nunca deben desmoralizarse; hay que exagerar victorias y sacar odio de las derrotas. Todo ello inyectando propaganda en la mente pública[9].

Ponsonby aseguraba que cuando las emociones y los prejuicios son parte del juicio, el testimonio del ser humano se vuelve inservible, pero en tiempos de guerra es un testimonio concluyente. Quedaba patente que al público se le puede manipular emocionalmente[10].

Paul Linebarger nos da más concretos elementos de guerra psicológica; “la guerra psicológica comprende el uso de propaganda contra un enemigo, junto con las medidas operativas militares que puedan complementar la propaganda. Propaganda puede describirse entonces como la persuasión organizada por medios no violentos”[11].

El Profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales en la Universidad del Sur de California Scott McDonald recuerda también que dentro de la guerra psicológica la propaganda es esencial, y la propaganda más efectiva combina entretenimiento, educación y persuasión, de tal manera que el entretenimiento atrae a la audiencia, mientras la parte educacional impide que se note que hay propaganda subyacente, incluso si tiene tintes persuasivos[12].

El teniente coronel Manuel H. Gelfi afirma: “La propaganda es un arte y, como tal, debe estar en manos del artista. Como artista, debe poseer una serie de condiciones para el ejercicio de su arte y como primera y principal, debe tener un absoluto conocimiento y convencimiento de lo que desea o de la causa o causas que defiende.  No se puede difundir y menos inculcar una causa, si quien lo hace no esté firmemente convencido y con amplio conocimiento de lo que se desea transmitir”[13].

Con estas definiciones podemos ver la guerra psicológica como la inducción conducida a pensamientos y comportamientos mediante la manipulación de informaciones que afecten a las emociones y al estado moral de todas aquellas audiencias expuestas al mensaje propagandístico. Todo ello con el fin de conseguir que los pensamientos y los comportamientos de la audiencia alcanzada sean favorables a los intereses del promotor de la operación psicológica.

La guerra psicológica clásica se desarrolla mediante la aplicación de técnicas de psicología en el diseño de propaganda que se distribuye por diferentes canales de comunicación.

Guerra Psicológica en conflicto

La guerra psicológica desde la I Guerra Mundial estuvo perfectamente organizada, aunque  no sincronizada entre países aliados. El Comité para la Información Pública (CPI) se instauro en agosto de 1917 en Estados Unidos. El objetivo era la creación y diseminación de propaganda para justificar la entrada del país en la I Guerra Mundial; diseminaban propaganda tanto frente a la población estadounidense, como frente a las poblaciones de países neutrales o inmersos en el conflicto.

Sus métodos de diseminación de propaganda se centraban en crear noticias, en publicar libros y en producir películas cinematográficas. El CPI, también conocido como Creel Committee estaba coordinado con los órganos políticos y militares de los Estados Unidos[14].

Guerra Psicológica - Creel Commission
Película propagandística producida por el CPI

El órgano propagandístico americano tenía dos secciones, una pública y otra militar; Committee on Public Information bajo la dirección de George Creel como la pública, y la Sección de Propaganda (O Sección Psicológica), una agencia del ejército estadounidense bajo la dirección del Capitán Herber Blankenhorn[15].

Nada más instaurarse el Creel Committee se abrieron misiones en un buen número de países europeos e hispanoamericanos; su misión era colocar propaganda americana en todos los sistemas mediáticos de los países de acogida[16]. El gerente de la propaganda americana en España era Frank J Marion, presidente de la Kalem Company, y eminente figura en la industria cinematográfica americana[17].

España era uno de los epicentros de la propaganda alemana en Europa, por lo tanto, uno de los objetivos del Creel Committee. La propaganda francesa e inglesa estaba bajo recia observación de los censores, pero el Sr Marion no tuvo problema en poder exhibir las películas de propaganda que trajo consigo; pudo exhibirlas tanto en escuelas como en plazas públicas.

La propaganda caló tanto en el desarrollo de la guerra que de las embajadas francesa e inglesa en España salían sobres con propaganda directos a los medios de comunicación, al poco tiempo llegaban a las embajadas las factura por la publicación[18].

El Sr Marion pudo establecer su línea de propaganda en los medios españoles gracias a la agencia de noticias Fabra[19], con la que colaboró durante toda la campaña inyectando propaganda pro estadounidense en los medios españoles[20]. El pintor Joaquín Sorolla también colaboró con la propaganda americana apadrinando una gira por España de la exposición de cuadros de Joseph Pennell. La propaganda se hizo simulando ser un evento cultural para evitar la censura[21].

Por su parte el periodista y escritor Wenceslao Fernández Flórez dibujo en su novela “Los que no fuimos a la guerra” el ambiente que había en España bajo la guerra psicológica de las facciones en contienda.

Los ingleses tenían al principio de la I Guerra Mundial uno de los mejores sistemas de comunicaciones, incluyendo cables de comunicaciones submarinos. A pesar de ser un sistema de comunicaciones creado por motivos comerciales se consiguió transformar fácilmente para usos bélicos.

Al finalizar la guerra el sistema de propaganda ingles había sido dividido en dos secciones; Uno era el Ministry of Information (MoI), dirigido por Lord Downhamy, con el objetivo de llevar a cabo la guerra psicológica sobre civiles fuera de Inglaterra. El otro órgano de propaganda era el National War Aims Committee, con el fin de desarrollar la guerra psicológica sobre civiles dentro de Inglaterra.

Los británicos fueron pioneros en coordinar la guerra política con las noticias de propaganda y en vincular a los políticos con las relaciones públicas de las fuerzas armadas[22]. La burda manipulación de las noticias con fines propagandísticos tuvo muchos detractores, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, pero la manipulación de la información sirvió para justificar la guerra y para crear grupos de opinión favorables.

En Inglaterra uno de los principales detractores de las técnicas de guerra psicológica y de su propaganda asociada era Arthur Ponsonby. Ponsonby denunciaba que una de las principales herramientas para captar mentes adeptas a las políticas bélicas de los gobiernos fue la propaganda de atrocidad.

Lord Arthur Ponsonby

La propaganda de atrocidad relataba historias sanguinarias sobre los enemigos, con ello se conseguía radicalizar a las poblaciones nacionales en posturas pro bélicas, así como posicionar a las neutrales[23]. El que fuera profesor de Comunicaciones Internacionales, Philip Taylor, al igual que Ponsonby, nos cuenta como en los medios de comunicación de los países en contienda surgieron historias sobre fábricas que usaban cadáveres para hacer jabón, soldados crucificados, monjas y niños violados, y sobre otros tantos actos innombrables realizados por el enemigo[24].

Uno de los principios básicos de la propaganda de atrocidad es que exige más atrocidad contra el que se supone ha cometido actos atroces[25]. La propaganda de atrocidad genera odio; es la propaganda para crear enemigos a tus enemigos. Durante la primera guerra mundial ese tipo de publicidad se probó empíricamente en medios de comunicación, se conocían sus efectos perfectamente para usos posteriores; era propaganda científica[26].

Los alemanes estaban bien al tanto de lo que sucedía en el campo de la guerra psicológica, pero no tenían capacidades para estar a la altura de sus contendientes. Según nos refleja el Sargento Mayor del ejército estadounidense Herbert A. Friedman, en su sitio web especializado en guerra psicológica, en la I Guerra Mundial un informe de la Narhrichtenblatt der 18 Armee alemana decía: “En la esfera de la propaganda de folletos, el enemigo nos ha derrotado... el enemigo nos ha derrotado, no como hombre contra hombre en el campo de batalla, bayoneta contra bayoneta; no. Nos ha derrotado con malos contenidos, mal impresos, en papel sin calidad; con eso han lisiado nuestras fuerzas”[27].

Adolf Hitler también se percató del poder de la propaganda en la primera contienda mundial. Dedicó un capítulo de Mein Kampf a analizar la propaganda en la primera guerra mundial, donde elogiaba la propaganda inglesa y americana[28]

El coronel William Donovan, del ejército estadounidense, quedó impresionado con la capacidad del ejército ingles de combinar operaciones de sabotaje con propaganda, con subversión y con guerrilla. Combinaban estas actividades los ingleses en agencias de Political Warfare Executive y Special Operations Executive.

Para la segunda contienda mundial Franklin Roosevelt en 1941, tras la sugerencia del coronel Donovan, establece la Office of Coordinator of Information (COI), con Donovan como director.  Fue el germen de la Office of Strategic Services (OSS)[29] y de la Office of War Information (OWI), encargada esta última de organizar la guerra psicológica.

El general Eisenhower consiguió unificar en febrero de 1944 las diferentes agencias encargadas de la propaganda y la guerra psicológica bajo la Psychological Warfare Division (PWD) [30]. Así EEUU ya tenía órganos centralizados y especializados para generar y aplicar la propaganda.

El desembarco de Normandía es un hito en la memoria colectiva de la humanidad. Poca gente sabe que, junto con los soldados, legiones de contenidos propagandísticos desembarcaron en Europa con el ejército aliado. Desde libros a revistas, pasando por innumerables películas de Hollywood; el objetivo era justificar la presencia militar y el posterior orden establecido. Y el objetivo del material propagandístico era la población civil europea, no los soldados enemigos. Los materiales propagandísticos eran producidos por la OWI y por el MoI[31].

Para que la propaganda tenga efecto, hay que analizar al grupo social sobre el que va a ser aplicada. Uno de los requerimientos básicos de la guerra psicológica es conocer la moral del enemigo. En la II Guerra Mundial eminentes investigadores, como Paul Lazarsfeld y Harold Lasswell, desarrollaron herramientas de análisis sistemático de textos y emisiones extranjeras para poder proveer a los servicios de inteligencia con los más afinados informes. Estos investigadores ampliaron el análisis del entorno cultural nacional para investigar elementos más relacionados con la el individuo y con la psiquiatría[32].

Guerra Psicológica - Joost Meerloo
Joost Meerloo

En la IIGM, para los americanos la guerra psicológica era cambiar operaciones militares regulares por el uso de medios de comunicación de masas. Para los alemanes era una estrategia política y militar, para los alemanes era un cambio en la manera de hacer la guerra[33].

Abraham Maurits (Joost Meerloo) en su obra Total War on Human Mind nos explica cuáles eran las técnicas usadas por el régimen Nacional Socialista para influir en las emociones y aptitudes de la población de los territorios ocupados. La primera manera de influir en la población holandesa durante la ocupación era la propaganda, para quienes no funcionaba la propaganda inducían la emoción del miedo.

Maurits nos explica que la técnica de la propaganda se basaba en la hipnosis, en repetir continuamente eslóganes simples a través de la radio, la prensa o carteles en las paredes. Buscaban los alemanes sugestionar las emociones de la masa en su totalidad[34]. El gobierno nacional socialista había tomado nota de la importancia de la psicología tras la primera contienda mundial.

Linebarger opinaba que el sistema mediático de una nación permanecería descoordinado incluso en tiempo de guerra, y que el sistema mediático de propiedad privada podía ser una buena plataforma para aplicar la guerra psicológica a través de una velada censura, de esta manera evitarían que circulase propaganda enemiga dentro del frente interno. Las noticias se podían convertir en propaganda si la fuente de la noticia tenía esa intención. La guerra psicológica es un arma diplomática muy importante desde que es un elemento básico para el engaño estratégico[35].

Contaba Linenbager que la propaganda emitida en medios nacionales sería un señuelo para los servicios de inteligencia extranjeros. Linenbarger nos enumera el volumen de la guerra psicológica desarrollada por los Estados Unidos en la segunda Guerra Mundial fuera de sus fronteras:

“Los grandes trabajos requieren grandes organizaciones. Ocho mil millones de panfletos fueron lanzados sólo en los teatros de operaciones mediterráneos y europeos bajo el mando del general Eisenhower. Eso era suficiente para haber dado cada hombre, mujer y niño en la tierra cuatro folletos a cada uno. Y este dato, grande como es, no incluye folletos arrojados en todos los otros teatros de guerra, por nosotros mismos, por nuestros aliados o nuestros enemigos. Eso no incluye los lanzamientos de panfletos con aviones B-29 en Japón, en los cuales cientos de toneladas de papel fueron lanzados. Grandes periódicos estadounidenses se desarrollaron, editaron, imprimieron y entregaron a nuestros aliados y a las tropas enemigas. Uno de estos, Parachute News (Rakkasan), tenía una tirada de dos millones de copias; esto fue en el suroeste del Pacífico. […] Para aproximarse al enemigo, los Estados Unidos imprimieron folletos, caricaturas, panfletos, periódicos, carteles, libros, revistas. En operaciones (de propaganda) negras, suficientes falsedades fueron perpetradas para mantener ocupado al FBI durante mil años. Películas en todas sus formas (comerciales, amateur, en todos los formatos; sonoras y mudas, incluso diapositivas de linterna mágica) salieron por todas partes mundo. La radio habló sobre todas las ondas en casi todos los idiomas y códigos; altavoces, souvenirs, dulces, fósforos, medias de nylon, pistolas que podrían esconderse en su boca, hilo de coser, sal, discos de fonógrafo y fotos de bebés transmitidas por todo el mundo. Mucho de esto era un gasto necesario. En el mayor gasto de guerra, parece casi frugal cuando se compara con los resultados que se cree que se han logrado”[36].

Queda patente que los Estados Unidos se tomaron muy en serio la guerra psicológica en el conflicto comenzado en 1941. Y es una tendencia que quedó fijada en la forma de hacer guerra política por parte de este país. Alfred Paddock nos explica que incluso en tiempos de paz hay operaciones de guerra psicológica.

Añade Paddock que solamente un 10% de las operaciones de guerra psicológica se realizan en el trascurso del conflicto, y que el incremento e importancia de las operaciones de guerra psicológica permitían un distanciamiento de estas unidades de combate de la limitación de las operaciones especiales[37]. La guerra psicológica, sugiere el autor, ha de esta libre de ataduras para su desarrollo.

Guerra psicológica como herramienta en la paz

El 25 de abril de 1944 el todavía general, y futuro presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower declaró que “La Opinión Publica gana guerras”. En octubre de 1945 el General Eisenhower escribía al General McLure, director de la PWD, diciéndole que la guerra psicológica había ganado un puesto de honor en el arsenal del ejército[38]. Está claro que las operaciones de guerra psicológica buscan transmitir información seleccionada a audiencias determinadas para influir en su comportamiento sobre la política del gobierno[39].

La guerra psicológica dejaba de ser un arma contra el enemigo para ser una herramienta política del gobierno frente a la propia población civil. De hecho, fueron las administraciones de Truman y Eisenhower las que crearon instituciones de propaganda en tiempos de paz. La propaganda mediante la “guerra de palabras” era parte integral de la política presidencial y piedra angular de la construcción de la Guerra Fría[40].

Con la Smith-Mundt Act en 1948 se legalizó la primera agencia de propaganda en tiempos de paz en Estados Unidos, permitiendo la propaganda gubernamental aplicada en las noticias que emitían los medios de comunicación privados con el objetivo de justificar las posturas americanas que cristalizaron la guerra fría[41]. En 1952 se establece el Psychological Warfare Center[42].

En 1953 de desarticuló la OWI y se instauro la U.S. International Information Agencia, el personal de la OWI paso a formar parte del Departamento de Estado o de la nueva agencia; la diplomacia pública americana tenía agencia gubernamental propia y toda una industria cinematográfica a su servicio[43]. La guerra psicológica contra la población americana se podía observar que surgía desde la retaguardia mediante películas, comics, libros y más material cultural; tenía la misma estructura que la propaganda comunista[44].

La Cámara de Representantes de los Estados Unidos, concretamente la Comisión de Actividades Antiamericanas, tuvo compareciendo en su seno a Edward Hunter, conocido periodista y ferviente anticomunista, que afirmaba que la guerra psicológica comunista estaba siendo desarrollada en los Estados Unidos, y que el lavado de cerebro pro comunista estaba siendo inducido a los americanos por las elites intelectuales. Sostenía Hunter que una de las tácticas usadas era el doble-lenguaje, táctica descrita por George Orwell en su libro 1984[45].

La justificación para la propaganda domestica estaba provista por denuncias similares a las de Hunter. Según el Institute for Propaganda Analysis, institución creada en el periodo de entre guerras, puede enmarcarse la comparecencia de Hunter como propaganda de testimonio. Este tipo de propaganda frente a las autoridades americanas puede documentarse varias veces durante tiempos de paz.

Guerra psicológica como diplomacia pública                               

En el frente extranjero se impulsó, a través del Plan Marshall para Europa, el incremento de la circulación de periódicos y revistas americanos[46]. Rampton y Stauber reflejan que se han detallado operaciones de propaganda psicológica realizadas por el gobierno americano en los años 50´s del siglo XX: Para influenciar a la opinión pública de oriente medio se publicaron libros, panfletos, películas, posters, músicas, y diversos materiales propagandísticos.

Según informó el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) todo respondía a razones psicológicas[47]. Otros autores han desvelado diferentes formas de propaganda por parte de las autoridades estadounidenses. Por ejemplo, en El Salvador se utilizaron comics coloreados para llegar a las partes iletradas de la sociedad. En los comics se mostraba a guerrilleros de izquierda cometiendo atrocidades y a ricachones de derecha abusando de poder[48].

El uso de imágenes para llegar a los estratos más iletrados de la sociedad ya se usó por parte de la Creel Commission cuando se instauró el picture department. Las técnicas de guerra psicológica y la creación de la propaganda asociada siempre han tenido en consideración las variables culturales nacionales y variables educativas de la población.

Los conceptos de propaganda y guerra psicológica han sido reemplazados por otros de nuevo cuño como guerra de información u operaciones psicológicas. Es una distinción semántica para conceptos mayormente análogos[49]. No obstante, la evolución semántica de la guerra psicológica ha conllevado sus matices conceptuales y prácticos.

Guerra Psicológica - Donald Reagan
Donald Reagan y Rupert Murdoch en el despacho oval.

El nuevo concepto que implica la guerra psicológica es la influencia estratégica; este campo incluye asuntos públicos, guerra política, diplomacia pública, y operaciones psicológicas. La influencia estratégica es el uso combinado de todos estos factores[50]. Una de las funciones principales de la influencia estratégica es la gestión de la percepción. Esta herramienta hizo resurgir la influencia estratégica en la presidencia de Donald Reagan.

Nos cuenta Robert Parry que Reagan creo toda una burocracia propagandística con el objeto de manipular la percepción de la audiencia sobre los asuntos en que el país estaba envuelto internacionalmente. La gestión de la percepción invertía las imágenes emitidas en la mente del receptor, ayudando al apoyo de las políticas presidenciales[51]. Walter Lippmann ya nos habló de cómo la propaganda hacia las funciones de filtro entre la realidad y el receptor.

Años más tarde los Estados Unidos siguieron usando voluminosas operaciones psicológicas en los conflictos que tenía abiertos por el globo. En la primera guerra del golfo pérsico el 4th PSYOP Group lanzó 29 millones de panfletos sobre las fuerzas iraquíes con el objeto de fomentar la deserción en las filas del ejército de Sadam Hussein.

Al mismo tiempo se desarrolló un programa de radio llamado Voice of the Gulf[52] desde donde las tropas iraquíes eran bombardeadas con mensajes de felicidad de supuestos soldados iraquíes desertores, se propagaba afabilidad con el islam y se pasaba a hacer una lista de los lugares que iban a ser arrasados con bombas al día siguiente; el 75% de los desertores afirmaron que desertaron influenciados por los panfletos y por la radio[53].

Tras los atentados en las torres gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001 el Pentágono estableció la Office of Strategic Influence (OSI), que tenía como objetivo distribuir información en sociedades objetivo, denuncias posteriores indicaron que era un plan de desinformación[54]. Después del ataque el gobierno americano preparó oficinas de comunicación de respuesta inmediata en Londres, Islamabad y Washington. Un despliegue de órganos propagandísticos similar al que desplegó en la primera guerra mundial con la Creel Commission.

El objetivo era inducir a los medios de comunicación de Sud Asia y Oriente Medio a adoptar editoriales que contrarrestasen el sentimiento antiamericano y fuesen favorables a una actuación militar, esto remarcando el vínculo de Bin Laden con los ataques sobre Nueva York. Incluían sus funciones realizar operaciones de guerra psicológica directamente sobre la población de Afganistán mediante emisiones de radio y TV, junto con el lanzamiento de panfletos antitalibán[55].

La firma de Relaciones Publicas Lincon Group era la encargada de traducir propaganda del pentágono e incluirla, previo pago, en los diferentes medios de países musulmanes[56]. Está claro que la guerra política es el detonante de la guerra de la información, y esta es un elemento básico de las operaciones de guerra psicológica.

También desde los atentados sobre las torres gemelas el Pentágono ha aplicado un programa de inserción de reporteros en las unidades militares, estos se dedicaban a filtrar la información y convertirla en noticias, convirtiéndose en una valiosa herramienta de propaganda gubernamental[57].

Guerra Psicológica
3rd Psychological Operations Battalion Patch

Aparte de periodistas insertados en las unidades militares el Pentágono dispuso para principios del siglo XXI ya tenía su equipo “Combat Camera”, formado por soldados periodistas, que se dedican a grabar videos exclusivos de combates para posteriormente mandar las imágenes a las más importantes agencias de noticias del mundo[58]. La segunda guerra del golfo pérsico desplegó una inmensa campaña de guerra psicológica desarrollada por profesionales de las relaciones públicas.

La CIA contrató al consultor de relaciones públicas John W. Rendon para organizar campañas de desprestigio de Sadam Husein dentro de Irak. Rendon es especialista en dar asistencia en relaciones públicas a las operaciones militares estadounidenses[59]. Rendon se define a sí mismo como un guerrero de la información y de la percepción, que usa los medios de comunicación para defender intereses públicos o corporativos[60].

Consideraciones sobre la Teoría eterna y la Práctica 2.0 

Se puede concluir que la guerra psicológica ha salido del entorno bélico, en términos clásicos, y se ha instaurado en la periferia de los conflictos y en los tiempos de paz. Teniendo como audiencia tanto a la población en la retaguardia como la población antagónica, o las neutrales.

La inversión que se hizo en analizar los métodos para influenciar psicológicamente a la masa social permitió desarrollar detalladas maneras de preparar propaganda y afinar su aplicación. El exhaustivo conocimiento de las técnicas de manipulación se generó durante las dos guerras mundiales. La inversión en el conocimiento psicológico en ese periodo ha cambiado las reglas de la vida social, tanto en la manera de pensar como en la manera de organizarse[61].

El concepto de Guerra Psicológica se ha difuminado su esencia en un concepto tan amplio como la influencia estratégica. La guerra psicológica ha entrado de lleno en la vida civil para marcar las pautas de pensamiento y acción de las poblaciones en todo el mundo occidental y más allá. El abuso de la propaganda, de las relaciones públicas, y de la aplicación de la psicología a través de los medios de comunicación, ha creado y manipulado según convenía en el momento el concepto de mente pública.

Todavía hay una característica de la Guerra Psicológica; los receptores son audiencia, tanto si son receptores en grupo o individuales la guerra psicológica cuenta como canal transmisor la comunicación, y como contenido de la comunicación la propaganda. La finalidad sigue siendo influir en los receptores mediante un diseño personalizado de la información.


Versión para Web del artículo publicado en The Journal of the Americas, de la Air University. Para su versión original seguir el link


[1] MACDONALD, Scot. Propaganda and Information Warfare in the Twenty-First Century: Altered images and deception operations. Routledge, 2006. P 57-58

[2] Linebarher era Doctor en Filosofía. Profesor de estudios asiáticos en la Universidad John Hopkins, Escuela de Estudios Internacionales Avanzados. Especialista en las técnicas de propaganda y la guerra psicológica. Sirvió en el ejército americano durante la II GM. Pieza fundamental para la creación de la Office of War Information. Durante los 50s y 60s publicó varias obras de ciencia ficción bajo el seudónimo de Cordwainer Smith.

[3] LINEBARGER, Paul M. A. Syllabus of Psychological Warfare. Propaganda Branch, Intelligence Division, WDGS. Washington, D.C. 1946. P 3

[4] ITEM………. P 4

[5] KLÉ, Fred C. The modern context. Political Warfare and Psychological Operations: Rethinking the US Approach, 1989, P 3-11.

[6] El Dr. Alfred H. Paddock, Jr. tiene una licenciatura en ciencias políticas de Park College, una maestría y un doctorado. grados en historia de la Universidad de Duke. Fue comandante, 4to. Grupo de Operaciones Psicológicas y fue el oficial superior de personal psicológico en la Oficina del Secretario de Defensa durante la década de 1980.

[7] PADDOCK JR, Alfred H. Military Psychological Operations. Military Psychological Operations. Political Warfare and Psychological Operations: Rethinking the US Approach, 1989. P 45

[8] PADDOCK Jr, Alfred H. US Army Special Warfare, Its Origins: Psychological and Unconventional Warfare, 1941-1952. National Defense University Press. 1982. P 2

[9] PONSONBY, ARTHUR. Falsehood in wartime: Propaganda lies of the First World War. George Allen & Unwin LTD. London. 1940. P 14

[10] ITEM………. …………………………P 23

[11] LINEBARGER, Paul. ……….1948. P 25

[12] MACDONALD, Scot. 2006. ……….P 32

[13] GELFI, Manuel H.1955 ……………….P 170

[14] MACDONALD, Scot. 2006……………P 53

[15] LINEBARGER, Paul. 1948……………P 67

[16] LINEBARGER, Paul. 1948………….. P 68

[17] CREEL, George. How We Advertised America: The First Telling of the Amazing Story of the Committee on Public Information that Carried the Gospel of Americanism to Every Corner of the Globe. Harper & Brothers, 1920. PAG 337

[18] CREEL, George. 1920……………..P 339

[19]

[20] CREEL, George. 1920……………. P 339

[21] CREEL, George. 1920 ………….....P 342

[22] LINEBARGER, Paul. 1948…………P 62-65

[23] PONSONBY, ARTHUR. Falsehood in wartime: Propaganda lies of the First World War. George Allen & Unwin LTD. London. 1940. P 128

[24] TAYLOR, Philip M. Munitions of the mind: A history of propaganda from the ancient world to the present era. 2013. P 180.

[25] Coronel Solbert y Dr. Edwin Guthrie parafraseados en LINEBARGER, Paul. 1948. P 99

[26] PINEDA, Antonio. Más allá de la historia: aproximación a los elementos teóricos de la propaganda de guerra. Comunicación y guerra en la historia, 2004.

[27] FRIEDMAN, Herbert. German WWI PSYOP.  http://www.psywarrior.com/GermanWWIPSYOP.html

[28] HITLER, Adolf. My Struggle. The Paternoster House. London. 1933. P 80

[29] PADDOCK Jr, Alfred H. . 1982. P 5

[30] GOUGH, Susan L. The evolution of strategic influence. Army War Coll Carlisle Barracks PA, 2003. P 3

[31] ROHOLL, Marja. An Invasion of a Different Kind: The US Office of War Information and “The Projection of America” Propaganda in the Netherlands, 1944–1945. Radboud Studies in Humanities. 2018.

[32] ROSE, Nikolas. Governing the soul: the shaping of the private self. Routledge, 1990 P 37

[33] LINEBARGER, Paul. 1948. P 40-41

[34] MEERLOO, Abraham Maurits. Total war and the human mind; a psychologist's experience in occupied Holland. 1944. PAG 21

[35] LINEBARGER, Paul. 1948. P 35-36

[36] LINEBARGER, Paul. 1948. P 168

[37] PADDOCK JR, Alfred H. 1989.  ..P 59

[38] ROSE, Nikolas. 1990 …………….P 33

[39] MACDONALD, Scot. 2006……….P 32

[40] JOWETT, Garth S., and O´DONNEL, Victoria. Propaganda & persuasion. Sage, 2014. Pag 5

[41] PARRY‐GILES, Shawn J. 1996.

[42] PADDOCK Jr, Alfred H. 1982……. P 3

[43] BENNETT, M. Todd. One world, big screen: Hollywood, the Allies, and World War II. Univ of North Carolina Press, 2012. PAG 265

[44] DUNNE, Matthew. A Cold War state of mind: Brainwashing and postwar American society. University of Massachusetts Press, 2013 PAG 152

[45] Communist Psychological Warfare (Brainwashing) Consultation with Edward Hunter. Author and Foreign Correspondent Committee on Un-American Activities. House of Representatives Eighty-Fifth Congress Second Session. March 13, 1958.

[46] PARRY‐GILES, Shawn J. 1996.

[47] RAMPTON, Sheldon; STAUBER, John Clyde. Weapons of mass deception: The uses of propaganda in Bush's war on Iraq. Penguin, 2003. PAG 15

[48] MACDONALD, Scot.  2006. PAG 47

[49] HUHTINEN, Aki-Mauri, and RANTAPELKONEN, Jari. Perception management in the art of war. Tiede ja ase (2002): 243-255

[50] GOUGH, Susan L. 2003. PAG 2

[51] PARRY, Robert. The victory of “Perception Management”      2014

https://consortiumnews.com/2014/12/28/the-victory-of-perception-management/

[52] Durante la Guerra fría Estados Unidos desarrolló un programa de radio llamado Voice of Europe, con el objeto de influenciar a las poblaciones bajo la influencia soviética.

[53] JOWETT, Garth S., and O´DONNELL, Victoria. 2014. Pag 12

[54] MURPHY, Dennis M., and WHITE, James F. Propaganda: can a word decide a war? Army War Coll Carlisle Barracks PA, 2007 P 23

[55] RAMPTON, Sheldon; STAUBER, John Clyde. 2003. P 11-12

[56] GOWER, Karla. Public relations and the press: The troubled embrace. Northwestern University Press, 2007. P 198

[57] COHEN, Elliot. Mass surveillance and state control: the total information awareness project. Springer, 2010. P 64

[58] RAMPTON, Sheldon; STAUBER, John Clyde.  2003. P 187-188. Los autores nos cuentan como la exclusiva del rescate de Jessica Lynch era una exclusiva de la unidad Combat Camera.

[59] RAMPTON, Sheldon, and STAUBER, John Clyde. 2003. PAG 42

[60] RAMPTON, Sheldon, and STAUBER, John Clyde. 2003. PAG 5

[61] ROSE, Nikolas. 1990. PAG 16


REFERENCIAS

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