Esta entrevista se realizó en noviembre del 2020, y por razones ajenas a nuestra voluntad no vio la luz hasta el número 12 de la revista La Emboscadura. En el desarrollo de la entrevista el Dr. Alexander Dugin expone de una manera clara y diáfana en qué consiste la disciplina de la etnosociología, y como esta afecta a la evolución geopolítica actual. Si bien los eventos actuales en la guerra de Ucrania no habían comenzado, el Dr. Dugin analiza los elementos estructurales que apuntaban a la posibilidad de un conflicto abierto entre Rusia y la OTAN, entre Euroasia y Occidente.
Muchísimas gracias por aceptar nuestra solicitud de entrevista. Es usted un claro referente de lo que se denomina la disidencia política global, lo cual es normal tras haber desafiado las líneas de pensamiento impuestas por los poderes políticos en las últimas décadas. He de decir que ha sido casi imposible sintetizar su conocimiento y experiencia en unas pocas preguntas.
Uno de los principales problemas para entender su obra se encuentran en el concepto de etnosociología, ya que se tiende a confundir con conceptos biológicos ¿Cómo se puede explicar este concepto a una audiencia que entremezcla muchas otras variables que son ajenas al concepto en sí?
Lo primero, muchas gracias por invitarme a esta entrevista. Sobre el concepto de etnosociología, he escrito un libro al respecto, y he sido quien ha introducido esta disciplina en el sistema educativo en Rusia. Por eso, es una disciplina institucionalizada en las universidades rusas. Mi obra se usa como referencia para el estudio del concepto de etnosociología rusa actual, no hay ningún otro libro que sirva como aprendizaje para los estudiantes. Por eso puedo hablar no solo como el autor, sino también como el científico que ha introducido este campo de estudio, así como otras formas de estudio de geopolítica en Rusia. Ni etnosociología ni geopolítica existían como disciplinas de estudio ni en la URSS ni en Rusia.
En el libro de etnosociología explico que este concepto trata de las formas de la sociedad. Desde mi punto de vista, la sociedad humana no tiene nada que ver con la biología. Es radicalmente el dominio del sujeto, del sujeto cultural, social, y espiritual. En ninguna dimensión hablo como biológico. El ser humano es muy parecido a los animales, pero al final carece de semejanzas con el animal. Por eso el hombre ha de ser estudiado, debe ser explicado, dentro del contexto que es propio al hombre. Cuando hablamos de lo humano, del hombre, hablamos de algo muy específico que no podemos separar de la mente, de su capacidad de pensar. Es precisamente este pensamiento el que está en el centro de la sociedad, o de la comunidad. Por eso etnosociología no habla nunca de los aspectos biológicos de la sangre; solo de los símbolos y conceptos sociales dentro de un prisma sociológico. Es una parte de la sociología que presenta al hombre como ser social, exclusivamente. Por eso, todas las formas, identidades, de la organización social se pueden escoger. Nada está fijado por el destino. Para el hombre todo es libertad. Por esta razón incluso en las sociedades más cerradas existen los mecanismos para cambiar el destino social, de readaptar las identidades, de renacer de nuevo, tal como reflejan algunos ritos antiguos, tradicionales. Es la manera de renacer de nuevo como miembro de esa comunidad. Ni las sociedades atávicas están radicalmente cerradas; siempre ha mecanismos de entrada… o de salida, como el ostracismo, que es la manera de excluir a los hombres de la sociedad. Es la manera de matarlos socialmente.
La etnosociología se ocupa de estudiar estas formas diversas del ser social. La forma más sencilla, más primordial, de organización social es etnos. Es precisamente como la sociedad arcaica, sin jerarquías, sin estratificaciones, sin castas, sin poderes o clases establecidas…. Sin nada; igualdad y comunidad. Etnos es la forma de organización humana sin jerarquía, sin estratificación… más simple.
Lo que viene después es una separación catastrófica del etnos, cuando aparecen las divisiones interiores, y aparecen las jerarquías. Esta es la transición que lleva del etnos al pueblo o laos. Laos ya no es etnos, porque ya hay jerarquía. Hay clases dominantes, hay subordinados, pero laos existe como concepto sociológico. Existe en las condiciones de la sociedad tradicional; con el rito, con las castas, con las jerarquías, con la religión… muy vinculado a lo sagrado, de hecho, lo sagrado está en el centro de esta organización. También el etnos se basa en lo sagrado, pero la diferencia con el laos es que en esta última formación humana ya nos encontramos la casta sacerdotal que se encarga de gestionar lo sagrado.
Por su parte, el Laos puede manifestarse en tres formas, a decir la religión, el estado, o la civilización. Puede hacerlo de una manera coordinada y simultánea, o puede hacer con cada elemento por separado. La India, por ejemplo, es una civilización con sus jerarquías y sus castas, pero no necesariamente con estado. Unas veces puedes encontrar estados tradicionales, otras veces, como en el casi judío, encuentras un pueblo organizado por la religión. Las tres formas de existencia social humana pueden coincidir, o pueden encontrarse por separado. Son maneras en que existen los pueblos en la época de la tradición. Es una etapa de la premodernidad, de la que a veces se dice que los barbaros se convirtieron con el laos en tradicionales, dejando atrás el salvajismo del etnos.
Después, con la modernidad llega la nación, que es otra forma de la administración de la sociedad, pero basado sobre la identidad individual. En laos la identidad es de las castas o de las clases, y en el etnos la identidad es la compartida, es la propia comunidad. Así, la evolución es identidad de la comunidad, identidad de las jerarquías, e identidad individual de la que se compone la nación. Los ciudadanos son el centro de esta organización artificial que es la nación. La nación es una construcción artificial, de origen burgués, que se ha construido sobre la destrucción de la sociedad tradicional.
La última complicación en el desarrollo de la sociedad es la sociedad civil que niega esta construcción artificial que es la nación. En este nuevo estadio la sociedad se declara cosmopolita y los ciudadanos devienen en ciudadanos del mundo. Esta sociedad civil no tiene ninguna forma de la identidad colectiva; ni arcaica, ni tradicional, ni artificial. Esta es la forma prevalente hoy de la composición social, y después de esto solo podría llegar la forma de una sociedad postmoderna. En esta nueva forma los individuos perderán toda clase de individualidad previa que pudo existir en el etnos, el laos, o la nación. Después de los individuos quedaran los dividuos. Estos serán seres compuestos de partes, como cyborgs, mutantes, o como resultado de la ingeniería genética. Es una forma del posthumanismo que llegará mañana.
Todas estas formas de la identidad colectiva e individual, representan juntas las formas de las sociedades radicalmente diferentes. Cada una con sus valores, con sus principios, con sus modelos de organización de la vida pública, política, social, cultural… Todas estas formas son el resultado de la libre decisión del hombre. No es el destino, o una necesidad mecánica lo que provoca estos cambios. Por eso existen hoy sociedades etnos, sociedades como el islam, que son más tradicionales que modernas, las naciones, incluso los primeros ejemplos de postsociedad. Todos estos modelos de composición social son el objeto de estudio de la etnosociología. Por eso se denomina etnosociología, porque la forma más sencilla, más primitiva, de la organización cultural de la sociedad humana es en cierto sentido el etnos. Desde esta comunidad organiza empiezan las épocas de las transformaciones.
Entonces, tenemos los etnos como comunidades orgánicas, como comunidades auténticas. ¿El laos seria ya una comunidad artificial? ¿Qué variables la convertirían en artificial, como a la nacional?
El laos es el producto histórico de la conquista de un etnos por otro. Esto queda muy bien explicado por Luis Gumplowicz en su libro “La lucha de las razas”, pero por las razas entendía Gumplowicz el concepto de etnos que venimos explicando. Según el autor, todas las formas de las sociedades jerárquicas eran el producto de la victoria de un etnos sobre otro. Por esa razón el pueblo, laos, es necesariamente heterogéneo. Poniendo como el ejemplo de Francia, el origen, la denominación, es franco (germanos), el idioma proviene del latín, y la población, o la sustancia étnica, es de origen celta. Francia no era una nación, era un pueblo, laos, francés. Los francos sometieron a los celtas y estos últimos estaban ya usando el idioma heredado del latín. Analizando todos los casos, desde los rusos, a los indios, o a los árabes, siempre podemos descubrir las bases de unas etnias sobre las elites de otra.
El pueblo es complejo, y lo es porque las jerarquías suelen representar una cultura más guerrera, más agresiva, diferenciada de alguna manera de los subordinados, que se componen de otros sustratos étnicos. Por eso al final se relega la forma de orgánica del etnos a una organización histórica o cultural del pueblo. Hay una unidad en el pueblo, pero más por las historias y por los mitos, por la cultura, que por los vínculos orgánicos propios del etnos. El pueblos, laos, requiere de una representación común, mientras que el etnos tiene una representación en sí misma. El etnos no requiere tener una representación de sí misma en frente, mientras que el pueblo sí que requiere una proyección de sí mismo donde poder verse identificado. El pueblo es una forma cultural e histórica de organización humana, requiere de elementos que conformen la unidad, no es tan artificial como la nación, pero ha perdido el elemento orgánico del etnos.
Lo que es totalmente artificial es la comunidad nacional, que ya es completamente imaginada, compuesta de múltiples elementos sin historia real. Las naciones son las creaciones burguesas, técnicas, basadas sobre los mitos imaginados. Estos mitos son la degradación de los mitos sagrados heredados de los antepasados, son los mitos imaginados, falsos en este aspecto. En este punto coincido con Benedict Anderson en su visión de las comunidades imaginadas, o con los autores que como Ernest Gellner han criticado las raíces modernas y burguesas de los mitos de la nación. Al analizar las organizaciones sociales humanas se encuentran las étnicas, las históricas o culturales como pueblos o laos, existen las naciones como creación artificial. La nación es el inicio de la modernidad, en donde los individuos se liberan de la forma artificial para abrazar el globalismo o el liberalismo actual. La sociedad civil es el fin de la modernidad. Después empieza la postmodernidad.
Tenemos a día de hoy un conflicto en referencia a lo que eran las comunidades orgánicas y lo que pueden ser las comunidades nacionales, e incluso la global. En una sociedad orgánica se supone que la realidad social se conforma de la experiencia directa de la interacción entre individuos. Pero a día de hoy la realidad social la crean los medios, la experiencia de los seres humanos con la realidad es mediática, proyectada como ha remarcado en referencia a la sociedad nacional. ¿Cómo se puede enfrentar una sociedad orgánica sobre una representación falsa de una sociedad?
Desde mi punto de vista, frente a los presupuestos de los modernos las formas más arcaicas de la organización social, de la autoconciencia, como los pueblos, las sociedades, las comunidades, no desaparecen con el tiempo. Estas formas se ocultan, no son claramente visibles, pero existen siempre de una manera latente. Por eso es importante recordar, que si bien vivimos en el mundo liberal, con una única identidad individual, siguen estando los estados-nación. En esta situación nuestra identidad se divide en dos partes; por un lado somos cosmopolitas liberales como parte de nuestra política existencial, por otra parte tenemos una parte de la identidad de la identidad nacional. Y por debajo de la nacional quedan los vestigios de la identidad de la organización del pueblo, y por debajo del pueblo seguimos encontrando vestigios étnicos. Todos estos niveles de la autoconciencia social o individual en la postmodernidad están mezclados, confundidos. Por eso mi idea sirve para organizar estos restos de los continentes hundidos de las identidades en la historia. Estos vestigios sobreviviendo conjuntamente son las herramientas que se pueden usar para destruir las organizaciones sociales actuales. Hay quienes para imponer sus intereses evocan a las identidades de pequeños pueblos para destruir las naciones, que son actualmente las que representan para los globalistas los problemas. Así pues, se utiliza la conciencia catalana contra España, o la chechena contra Rusia. En el caso de los chechenos puedes encontrar organizaciones de pueblo, laos, pero también muchos grupos étnicos. Los chechenos están muy poco diferenciados, estratificados. Los globalistas podrían oponer las formas diversas de organización social remanentes en la historia, como los kurdos contra el estado nacional moderno turco, o contra Siria. Esto solo es posible si existen los restos de las formas de organización previas en la conciencia de las personas. Desde mi punto de visto esto es una forma de manipulación o instrumentalización de los aspectos de las identidades que están latentes en las sociedades para defender los intereses concretos de quienes controlan los medios. Estos grupos podrían organizar, incluso crear, las ilusiones de estas identidades y empujarles a una “guerra de liberación”, “por la justicia”, o “contra la represión totalitaria”. Quienes organizan estas campañas políticas contra sus enemigos políticos comprenden muy bien las leyes de la etnosociología. Para mí este campo de estudio era muy interesante para descubrir la verdad de los orígenes y la evolución de la organización social, para poder analizar los aspectos de la coexistencia y sincronización de las diversas identidades que están ocultas unas en otras, pero siempre presentes. Ante todo tenía un interés científico, pero puedo ver perfectamente como algunas instituciones políticas que controlan los medios instrumentalizan estas identidades, y podrían incluso contradecir sus argumentos defendiendo en un lado a las minorías mientras en otro lo hacen con las mayorías, en unos casos te defienden la unidad de la nación mientras en otros te defienden la identidad individual. Depende de cómo sirva a sus intereses.
El juego de los conceptos es una parte de la manipulación. Lo importante es no acabar de precisar el concepto, con su sentido correcto y concreto, dentro del discurso político o geopolítico. Es una forma de manipulación epistemológica. Uno de mis objetivos era poder ayudar a la gente de librarse de esta manipulación, para escoger de una manera consciente, de una manera libre, para poder escoger las identidades y analizar el caso concreto. La etnosociología es una llave para la interpretación de muchos procesos políticos que se desarrollan en el mundo.
Eso es muy interesante, porque todo el mundo latente, tradicional, simbólico, está siendo objeto de ataque de muchos grupos políticos. A lo largo del globo vemos lo que es la condena al olvido, damnatio memorae. Se derrumban estatuas, se queman iglesias, se está resignificando toda la simbología tanto del laos como de la nación. Parece ser que es una guerra unilateral en la que solo se ataca desde un lado. ¿Cómo se debe de comportar una sociedad, tanto orgánica como artificial, para defender su sentido existencial?
Es una tendencia que se ha manifestado radicalmente con el comienzo de la modernidad, en la época del colonialismo, con el descubrimiento del mundo fuera de Europa. Era el momento del comienzo de la modernidad, un momento clave para el desarrollo de la humanidad. Es la dictadura del tiempo, de la historia, que se establecía como si fuera una ley absoluta. Esta ley afirma que el tiempo es linear, y que el tiempo es progreso, y que estos cambios de sociedades sencillas en sociedades más complejas como la nacional, es un proceso irreversible. Es como un proceso mecánico, el destino. El progreso es el destino, y su dirección es clara; es la liberación de todas las formas de la identidad colectiva, orgánica o artificial. Poco a poco, después de definir esta idea de que el progreso es la liberación, que el progreso es una forma diacrónica, no sincrónica, no podemos escoger ser los etnos o pueblos o nación. Todos estamos para las leyes mecánicas del progreso destinados a desarrollarnos en el esta dirección. Solo nos queda seguir este rumbo, o quedarnos estáticos en nuestros puestos con unas posturas conservadoras o arcaicas, siempre siendo superados por los que marchan en dirección al futuro.
Ese avance mecánico al futuro era la base de la conciencia progresista liberal. Es muy importante saber que el liberalismo es una ideología política que pone al individuo al centro, que se supone que es la superación de todas las formas previas de la conciencia colectiva. Por esa razón la victoria en el siglo XX del liberalismo sobre sus dos enemigos principales, enemigos también modernos, no orgánicos, también artificiales, como eran el comunismo y el fascismo, era el momento de la victoria total, del fin de la historia como lo denomino Fukuyama. Este fin de la historia era el final del vínculo del individuo con las formas previas de conciencia colectiva. Para los liberales convencidos esto puede ser una verdad absoluta, o un dogma, que esto es así. Piensan que todos estamos destinados a pasar por el mismo camino, de sociedad organiza, a artificial, a liberal. Por eso atacan toda la simbología de la sociedad tradicional. Atacan todos aquellos vestigios arcaicos referentes a la religión, la historia, u otros aspectos de conciencias colectivas previas.
Detrás de estas pretensiones, los liberales más cínicos, más peligrosos, comprenden que no es así. Saben que quedan vestigios de estas conciencias, e instrumentalizan estos mismos vestigios que al mismo tiempo niegan. Afirman a un mismo tiempo que no existen esos vestigios, pero utilizan estos niveles de la conciencia profunda oculta para llegar a unas formas más desarrolladas de su progreso. Utilizan la conciencia de los pueblos pequeños contra las grandes naciones. Utilizan las religiones, como azuzar al islam contra los restos del cristianismo, y viceversa. Crean controversias entre la iglesia católica, ortodoxa e islam sin creer en ninguno credo, pero para manipular estas conciencias y destruir todas estas tendencias del mundo tradicional.
Hay que comprender esa lógica, no solo defendiendo la nación, el pueblo, o la religión, pero comprendiendo cual es el origen de todo lo que sucede a día de hoy. Todo viene de la fe casi religiosa en el progreso en un tiempo linear en ausencia de la eternidad, y de precisamente la destrucción de lo sagrado. Frente a esto se supone que no podemos salvar ni la nación, ni la familia, ni siquiera al hombre como tal. No podemos enfrentar este ataque de la postmodernidad sin retrotraernos a nuestras raíces, a nuestra identidad colectiva previa, a la religión, a la sociedad tradicional, a los valores sagrados, e incluso a algunos valores étnicos. Estos grupos étnicos o arcaicos tienen explicación para muchas de las identidades que existen dentro de nosotros mismos. Hay que estudiar más a las sociedades arcaicas que a las tradicionalistas, porque en estos etnos encontramos elementos más cercanos a la sacralidad. Esto lo habían estudiado previamente Mircea Eliade e Ioan Culianu. La etnosociología es la herramienta indispensable para los tradicionalistas verdaderos que se quieran oponer a esta modernidad y su consecuente postmodernidad. Es una herramienta indispensable para aquellos estudiosos que quieran salvar, la cultura, la sociedad, y al hombre, del destino negativo mecánico destructivo del progreso, que está representado por los liberales hoy en día.
Aquí parece que se juega con desventaja; los liberales, globalistas, o como los queramos definir, conocen todos los elementos que componen una sociedad. Hay muchas instituciones creando una nueva mitología, un nuevo simbolismo, un nuevo sistema de ritos para el nuevo mundo que están creando ¿Cómo se puede concebir desde una visión tradicional, religiosa, la concepción del posthumano?
En mi opinión creo que se trata de alguna manera de un anticristo. Intentar recrear una sacralidad artificial después de destruir toda la sacralidad orgánica, acabar con lo sobrehumano solamente desde lo humano. Es como una grande parodia, Rene Guenon lo explica de manera excelente en su libro El Reino de la Cantidad, al final del libro cuando habla del fin de la época del materialismo, de la destrucción del cinismo y del secularismo, llegará el momento de la creación de la nueva simbología, de los nuevos ritos, y de lo nuevo no-humano. La tradición también estaba enraizada en lo no humano sobre lo humano, en los elementos divinos, propiamente dicho. Después de destruir todas las alusiones a este elemento divino, los propios progresistas quieren crear una forma inversa de lo sagrado, totalmente artificial construido por ellos. Es una gran parodia con sus ritos y sus elementos sagrados artificiales, es una anti iglesia. La iglesia del anticristo que nos llega con los milagros falsos, nuevas perversiones en forma de cultos o sectas que pervierten radicalmente los valores tradicionales. Vivimos en la etapa de la postmodernidad, que es la transición de la etapa materialista hacia la inversión de lo sagrado. Es como una prueba de Dios ¿Cómo una persona que se ha alejado de lo divino puede enfrentar la vuelta a una sacralidad falsa? Es una etapa peor que el nihilismo puro del materialismo moderno. Esta es la fase que comienza, estamos en esta fase del desarrollo cíclico.
En su obra, y en sus artículos, siempre vincula la postmodernidad, el concepto del posthumano con el liberalismo, principalmente con instituciones occidentales o con Estados Unidos. Sin embargo, China es el país que más está investigando el poder crear una sociedad posthumana. ¿Cómo se puede vincular de una manera real el concepto del posthumano con instituciones reales que estén trabajando en este sentido sobre la sociedad?
En este sentido siempre pensaba que China era una sociedad muy postmoderna, pero después de vivir cierto tiempo en el país he descubierto que China, en la parte superficial, imita a occidente, pero su centro es una sociedad mucho más tradicional que Rusia o que algunas sociedades islámicas. Es la sociedad confucionista que se ocultaba bajo el maoísmo o el liberalismo antes del comunismo. Pero siempre es la sociedad china. Ser chino es mucho más importante para los chinos que todo el resto de identidades superficiales. Los chinos, se puede decir que quieren transformar el veneno en medicina. De una manera clara odian el liberalismo desde su raíz, pero utilizan algunos aspectos económicos y tecnológicos para defenderse de ese liberalismo de la globalización. Utilizan esas herramientas de la globalización para el beneficio China, para beneficio de la grandeza de su civilización. Pero los chinos no dejan entrar ese veneno dentro de su sociedad. Esta es la razón por la que no permiten que YouTube, Facebook, Twitter entren en su territorio. Crean sus propias plataformas que son técnicamente similares en algunos aspectos, pero ideológicamente y culturalmente diferentes. Es muy importante su estrategia, toda la mentalidad de la China trabaja en conseguir mantener la independencia y la soberanía del país utilizando los elementos que toman de occidente. La China no es postmoderna, es una sociedad tradicional que quiere utilizar la postmodernidad para sus propios intereses.
El liberalismo, al contrario que la China, es la última etapa del desarrollo de la modernidad occidental. Es un nihilismo que amenaza al individuo mismo. La liberación de todas las formas de la identidad colectiva, como la que representan hoy en día las políticas de género, implica que se destruyan la identidad femenina o masculina como colectiva. Es el objetivo de las políticas de género; liberar al ser humano de la identidad del sexo femenino o masculino. El único paso que queda hacia adelante en esta dirección es liberar a los individuos de la identidad humana. El posthumanismo ya está preparado, ya tenemos esbozos de un futuro que empieza a asomar. El posthumanismo abre el camino para acabar con la humanidad, abiertamente lo hace. No esconde que quiere ceder la gobernabilidad de los posthumanos a la Inteligencia Artificial, a las maquinas.
En este sentido China no es liberal, utiliza los elementos de la postmodernidad en beneficio de su sociedad tradicional. Es por esto que creo que el peligro más grande para el ser humano no es China, sino occidente moderno. Desde el inicio de la entrada en la modernidad ya tenía preparado con su materialismo, individualismo, y nominalismo de la escolástica, el fin del ciclo que llega hoy.
En este sentido estoy convencido de que el liberalismo es mucho más incompatible con el ser humano. El liberalismo es una forma de deshumanización radical. Podemos imaginar que si occidente resiste a este proceso de deshumanización, el foco del liberalismo podría cambiar su lugar. Por ejemplo con Trump, y con el conato de guerra civil que ha sucedido, se puede suponer que el centro de los globalistas, de los arquitectos de la Gran Parodia, podría ubicarse en cualquier otro lugar, no necesariamente en occidente. Podría incluso pasar a ubicarse a Rusia, China, África, o la Antártida. Todo puede ser. Pero es la historia moderna de occidente la que nos ha traído este resultado. Este resultado no es el desarrollo natural de la cultura rusa o china, es el resultado de la naturaleza nihilista de la sociedad occidental moderna. Para China esto es algo que merodea por fuera, para occidente es algo que surge de dentro.
En el mundo actual es evidente que hay una alianza entre Rusia y China, hay mucha gente que se pregunta si es una alianza entre la Santa Rusia y la China Confucionista, o si es una alianza entre la URSS y el PCC. ¿Dentro de que términos se está realizando esa alianza y con qué objetivos reales, más allá de los económicos?
Creo que ni el comunismo ruso ni el comunismo chino eran lo que teníamos pensado, lo que parecía ser. Según Marx, la revolución comunista, socialista, bolchevique, podría producirse solo en los países industrializados, lo que eran países capitalistas occidentales. En contra de este precepto de Marx vemos que las revoluciones sucedían en condiciones totalmente opuestas, como eran países agrícolas sin capitalismo ni industria, como eran la Rusia zarista o la China. Precisamente por eso las poblaciones de estos países han conservado aspectos de las identidades sociales anteriores, como las que se reflejan en el estudio de la etnosociología. Esto convertía a los comunismos ruso y chino en comunismos con rasgos tradicionales. Con esto se podría entender que la alianza de estos dos comunismos no eran únicamente ideológicas, sino la alianza de dos civilizaciones antioccidentales. Se podría ver como dos civilizaciones bárbaras contra la civilización moderna progresista.
Hoy en día es importante fijarse que la alianza de la Rusia de Putin y la China de Xi Jinping se basa sobre la idea de multipolaridad. Contra el mundo unipolar Rusia y China contraponen el mundo multipolar. Esta es la idea general estratégica de ambos países. Al mismo tiempo ambos países rechazan el modelo liberalista globalista, con lo cual no solo se oponen a la unipolaridad sino también a la ideología en que se basa. Rusia es más conservadora y China es más social confucionista, con lo cual por dos razones diversas ambos quieren conservar sus soberanías frente a occidente. Es una estrategia que va más allá de las relaciones económica, hay muchos más elementos que vinculan a ambos países y los convierten en aliados. Ambos países tienen una visión de un futuro alternativo común.
En su obra geopolítica habla mucho de los ejes que tiene que tener Rusia, como el eje que tiene que tener con Teherán, y otras partes del mundo. Recientemente hemos visto un nuevo eje que es Moscú-Ankara. En términos históricos había siempre una cierta conflictividad con Turquía ¿Cómo se están enfocando estas relaciones para el futuro?
Siempre hemos tenido muchos conflictos con Turquía, los rusos siempre hemos considerado que este país era la razón que no nos permitía tener acceso libre al mediterráneo. Pero muchas cosas han cambiado desde entonces. Turquía, en los últimos años, ha comprendido que la identidad turca no es compatible con la identidad occidental, que no tiene nada que ver con el liberalismo. El pueblo turco es nacionalista u tradicionalista. Es el pueblo tradicional bajo la forma de la nación, pero las relaciones sociales como la estratificación, los cultos, lo sagrado, vale para los turcos más que la nación. Es una forma del nacionalismo moderno muy ligada con la identidad tradicional, son dos sociedades en el mismo sistema. Los turcos cada vez están descubriendo más su identidad euroasiática, incompatible con occidente, pero más compatible con la identidad euroasiática rusa. Esa es la razón de que a día de hoy ven su puesto dentro del conjunto del mundo multipolar. El pueblo turco islámico soberano se siente más cómodo no solo frente a Rusia, sino de igual manera frente a occidente, siendo estos Europa y Estados Unidos. Esta razón hace devenir poco a poco a Turquía como aliados para Rusia. No es que los turcos se han vuelto rusófilos o viceversa, es simplemente que son conscientes de los cambios en la situación geopolítica. Los generales turcos en sus academias militares casi todos estudian los libros de los que soy autor. Incluso las primeras ediciones que eran bastante críticas contra Turquía, pero han sabido dejar de lado esos aspectos para fijarse en la esencia del contenido geopolítico. Y han visto que hay dos aspectos geopolíticos, no solo la occidental atlantista, sino otra alternativa geopolítica continental. Esta visión del land power se corresponde mucho más con los intereses estratégicos de Turquía que la civilización del mar. Esta visión hizo cambiar la mentalidad estratégica turca antes de la llegada de Erdogan. De hecho, Erdogan era en sus inicios mucho más islamista, occidentalista, atlantista, pero gran parte de sus generales del estado mayor se han vuelto euroasiáticos estratégicamente, lo que llevo a Erdogan a meter en prisión a muchos de estos generales, ya que eran anti-otan, anti-atlantistas. Al tiempo la visión de Erdogan cambió, y los generales pudieron salir de prisión. Erdogan ha girado su visión geopolítica hacia la visión euroasiática, de un mundo multipolar. Solo en este contexto Turquía podría afirmar su soberanía y su identidad. En este momento los atlantistas es cuando quisieron hacer un golpe de estado contra él. Momento en que precisamente me encontraba yo mismo en Ankara.
Hablando del eje atlantista y de la OTAN, cabe recordar que Turquía es uno de los ejércitos más potentes de esta alianza militar. Hoy en día, siendo miembro de la OTAN, está tomando unas posiciones políticas totalmente opuestas a los intereses atlantistas. ¿Cuál es la precisión de futuro del eje atlantista en estas circunstancias?
Es posible que el eje atlantista deje de existir en un futuro porque no corresponde a ninguna realidad. Creo incluso que sería posible que Turquía saliese de la OTAN. Las relaciones de Turquía con países miembros de la OTAN, como con Francia, son cada día peores. La OTAN no se corresponde más con una realidad. Ni Europa ni EEUU tiene los mismos objetivos, estos son muy diversos. Entre los países de la OTAN los conflictos aumentan, no solo entre Grecia, Francia, o Turquía, sino también entre Francia e Italia, por ejemplo. También la Europa oriental niega cada vez más esa forma de liberalismo “de izquierda” que por el contrario crece en la Europa occidental. En todos los aspectos la OTAN se descompone, y tarde o temprano este bloque se desmembrará. Si bien el Brexit está significando el fin de la UE, la salida de Turquía de la OTAN significaría que estamos ya entrando en un mundo multipolar. Creo que el momento en el que se acepte la multipolaridad está muy cerca.
Dr. Dugin, muchísimas gracias por atenderme. Ha sido una autentica lección y un honor poder escuchar toda su exposición. Espero que podamos conversar de nuevo en el futuro.
Entrevista realizada por Nuño Rodríguez, politólogo y analista.
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