Sobre el futuro de la Inteligencia económica en España

PALABRAS CLAVE

Inteligencia, intereses nacionales, inteligencia económica, estrategia, política, economía, educación, anticipación, prospectiva, reacción.

  1. La inteligencia económica en la Estrategia de Seguridad Nacional

Desde el decreto del estado de alarma, dos han sido las principales preocupaciones de los españoles: 1. salvar vidas y reducir, con vistas a eliminar, nuevos contagios; 2. las repercusiones económicas, generales y particulares, que van a derivarse de la crisis del covid-19.

Es indudable que el bien más preciado y, por tanto, el que debe ser protegido en primer lugar, es la vida de las personas. Ahora bien, inmediatamente después surge la necesidad de garantizar un nivel mínimo de bienestar que permita vivir (valga la redundancia) con dignidad.

Ahora que la situación sanitaria ha permitido iniciar la desescalada asimétrica en España, está cobrando mayor importancia el necesario “desconfinamiento económico”.

La inteligencia, sin apellidos, persigue contribuir al proceso de toma de decisiones mediante la reducción de la incertidumbre, con anticipación sobre la ocurrencia de escenarios futuros y sus efectos sobre los intereses objeto de protección.

Si nos centramos en la inteligencia económica, sin ánimo de entrar en discusiones doctrinales, podemos definirla como el resultado de evaluar la información disponible y proyectarla al futuro con la finalidad de que el destinatario pueda tomar decisiones con el menor nivel de incertidumbre posible que le permitan alcanzar los objetivos de la organización a la que representa, con la salvaguarda de sus intereses como fin fundamental. Si bien este concepto puede aplicarse tanto a la inteligencia que realiza el Estado como a la que produce una organización empresarial, a lo largo de este artículo vamos a centrarnos en la inteligencia económica que persigue la defensa de los intereses nacionales y la estabilidad económica de un país.

Para centrar el tema, permítanme hacer referencia al principal texto legal que establece la razón de ser de esa defensa que menciono en el párrafo anterior.

La Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) vigente, aprobada en 2017, “es el marco de referencia para la política de Seguridad Nacional, una Política de Estado que concibe la seguridad de forma amplia al servicio del ciudadano y del Estado”.  Entre los desafíos a los que se enfrenta España, siempre de acuerdo con la ESN, está la inestabilidad económica y financiera, “que puede tener su origen en factores de muy diversa naturaleza, no exclusivamente económica, y normalmente sus efectos son transversales, materializándose en más de un ámbito. De ahí la necesidad de adoptar un enfoque integral, que no sólo aborde los aspectos estrictamente económico-financieros, sino que contemple también su dimensión de seguridad. Entre dichos factores se encuentran todas aquellas actuaciones que dificultan el normal funcionamiento de las políticas económicas y financieras e impiden maximizar su eficacia, así como las que merman la continuidad de la actividad económica”.

“Por otra parte, los obstáculos a la internacionalización de la economía española o que ponen en riesgo la seguridad de las empresas o trabajadores nacionales en el exterior, son retos a los que hay que hacer frente para garantizar su competitividad. Otros de los desafíos a mitigar son aquellas acciones que minan la eficacia de los instrumentos económicos al servicio de la defensa de los intereses y compromisos nacionales de seguridad. Por ello, cobra especial relevancia garantizar la seguridad de aquellos sectores, empresas, servicios, tecnologías o sistemas de información de especial interés para la Seguridad Nacional”.

Ante esta amenaza, la propia ESN propone líneas de acción:

“Profundizar en el desarrollo de órganos, organismos, recursos y procedimientos (Sistema de Seguridad Económica) que fomenten la coordinación, colaboración, cooperación e intercambio de información entre las distintas Administraciones Públicas con competencias en materia de seguridad y en el ámbito económico-financiero, así como con el sector privado, con el fin de responder eficazmente a los desafíos que limitan el desarrollo y la competitividad de la economía española y amenazan la Seguridad Nacional. Reforzar el uso eficiente y la generación de información e inteligencia, tecnologías, legislación, formación y alianzas estratégicas para salvaguardar y promover los intereses económicos nacionales y fomentar una responsabilidad compartida sobre las amenazas y desafíos para la continuidad de la actividad económica. Fomentar la efectividad e independencia de los órganos administrativos relacionados con la seguridad económica y la regulación (…), asumiendo una posición proactiva que garantice la seguridad y prosperidad de la actividad económica nacional. (…) Favorecer la innovación de la economía, acompañada de una regulación acorde al ritmo de los cambios tecnológicos, que permita incrementar la diferenciación de los bienes y servicios ofrecidos por las empresas españolas”.

Desde 2017 en España se ha elaborado inteligencia económica, pero no se ha creado ese tan deseado y necesario Sistema de Inteligencia Económica al que se refiere la ESN. 

  1. 2020 podría ser el año de la inteligencia económica en España

A raíz de la pandemia del covid-19, han surgido iniciativas de distinto alcance, tanto geográfico como disciplinar. Veamos algunas de ellas:

1.- El Congreso de los Diputados constituyó el pasado 7 de mayo la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica de España tras el covid-19.

La reacción, que no anticipación, ante la crisis responde a la urgente necesidad de reactivar la economía para evitar un impacto social y económico aún más negativo. Ahora bien, las primeras discusiones entre los parlamentarios giraron en torno a quién debía presidir la comisión; ningún comentario se hizo sobre su composición y misiones concretas. La conclusión es que dicha comisión, dos semanas después, está inactiva. Eso sí, sabemos que la integran cuarenta y seis (46) políticos, la inmensa mayoría sin experiencia en gestión de organizaciones.

2.- Más o menos al mismo tiempo, Italia anunció la designación del ex CEO mundial de Vodafone al frente de la reconstrucción del país: Vittorio Colao va a liderar a un equipo de 17 expertos en economía, empleo e innovación, entre otras disciplinas, para abordar la crisis posterior al confinamiento.

3.- El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha decidido contar con un equipo de expertos empresariales para reactivar la economía de esta ciudad. Entre ellos, se encuentran Cristina Garmendia, presidenta de Cotec; Ignacio Garralda, presidente de Mutua Madrileña; Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española; Emilio Gayo, presidente de Telefónica España; José Bogas, CEO de Endesa; Víctor Madera, presidente de ICD Salud-Quirón; José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia; José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona; Alejandro Beltrán, de McKinsey; Miguel Riaño, de Herbert Smith, y Miguel Garrido, presidente de CEIM, entre otros.

4.- Por último en esta línea de avisos y reacciones, el 14 de enero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo pública la intención de crear la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, al frente de la cual estará Iván Redondo. Este organismo se encargará de “pensar estructuralmente en la España de los próximos 30 años” y contará con un comité de expertos de la sociedad civil que elaborará una estrategia nacional. Su objetivo es analizar de manera sistemática la evidencia empírica disponible para identificar los posibles retos y oportunidades demográficos, económicos, geopolíticos, medioambientales, sociales o educativos que España tendrá que afrontar en el medio y largo plazo, y de ayudar al país a prepararse ante ellos.

Analicemos de manera global los datos anteriores.

Existe ya una estrategia de seguridad (2017), por lo que quizás solo haya que proceder a su actualización y no a la creación de una nueva. Asistimos a una época en la que prácticamente todo es transversal por la interconexión de factores, lo que recomienda afrontar cualquier desafío, problema o amenaza desde la multidisciplinariedad, lo que obliga a formar equipos de profesionales de distintos ámbitos -académico, empresarial, social, político…- capaces de aportar conocimiento y experiencia para conocer la realidad actual y cómo se ha llegado a ella. Solo con un buen diagnóstico del presente podremos explorar posibles escenarios futuros.

No es necesario convencer a nadie de que un país siempre está expuesto a amenazas, también económicas, ante las que puede reaccionar de varias maneras: anticipándose a ellas para minimizar sus impactos negativos o, incluso, transformarlas en oportunidades; preverlas y esperar a que se materialicen, con o sin protocolo de actuación planificado, o reaccionar, sin más, cuando ocurran los acontecimientos. En virtud de lo que elijamos estaremos ante la prospectiva, la inteligencia económica o la inteligencia reactiva, si es que esta última merece ser considerada inteligencia.

Si todos los que tienen capacidad de decisión e influencia en el país son conscientes de la necesidad de dotarle de inteligencia económica para salvaguardar el bienestar de nuestros ciudadanos, ¿no sería mejor y más eficiente crear una sola institución en la que estén representados todos los intereses para abordar el futuro desde una perspectiva global para diseñar una estrategia nacional -Nacional, con mayúsculas-?

Esperar a la ayuda de la Unión Europea o de otra organización solo nos llevará a agravar la situación. Si miramos a los países de nuestro entorno para tratar de poner en marcha un sistema de inteligencia económica con el que ellos cuentan desde hace décadas, mirémoslos con detenimiento: cada uno de esos sistemas, con independencia de su denominación o dependencia, velan por los intereses y la prosperidad nacionales, sin miramientos hacia las demás naciones por muy socias que sean en otras cuestiones. Permítanme recordarles que en el mundo de la inteligencia, sea económica o de cualquier otra naturaleza, no hay “amigos”, tan solo hay intereses comunes. Y si alguien todavía duda de esta afirmación, le invito a pensar sobre por qué todos nuestros “aliados” cooperan sin miramientos en la lucha antiterrorista o contra los tráficos ilícitos, o en la prevención del blanqueo de capitales y, sin embargo, “cada uno va a lo suyo” en materia de guerra económica, por seguir la terminología que emplea alguno de esos países vecinos cuya trayectoria en inteligencia económica queremos estudiar como referente.

  1. Propuestas para el funcionamiento de la inteligencia económica en nuestro país

Desde 2017, año de aprobación de la ESN, se ha avanzado poco hacia la creación de un sistema nacional de inteligencia económica.

En enero se anunció la intención de poner en marcha un programa de prospectiva de la mano de Iván Redondo. Salvo el nombramiento del cargo, poco más se ha hecho, a pesar de que la ocasión requiere “ponerse las pilas” para hacer prospectiva económica. Mi pregunta es si seremos capaces de adoptar la proactividad que requiere esa prospectiva sin haber pasado antes por la inteligencia económica y la anticipación que esta exige. No olvidemos que uno de los padres de la prospectiva, Michel Godet, explicó la diferencia entre esas dos estrategias como el salto “de la anticipación a la acción”.

Contar solo con políticos para la reconstrucción económica y social de España supone ignorar los problemas y preocupaciones de los empresarios, trabajadores e, incluso, de los ciudadanos, así como desdeñar los conocimientos de los profesionales que pueden contribuir a aplicar metodologías y procedimientos cualitativos y cuantitativos acordes a los riesgos y amenazas presentes y futuros.

A continuación, propongo algunos puntos que, a mi juicio, ayudarían a hacer efectiva la puesta en marcha de la inteligencia económica en España para que ustedes los sometan a reflexión:

  • Tener visión de Estado y aunar esfuerzos en una única institución de inteligencia económica que represente de forma efectiva los intereses nacionales, sin olvidar a quienes llevan años elaborando inteligencia económica.
  • Defender y proteger aquello que genera bienestar social sin esperar que nadie venga a nuestro país a hacerlo, menos aún en un escenario como el actual en el que todas las naciones están centradas en su propia realidad.
  • Practicar la glocalización, esto es, analizar la situación presente y sus posibles evoluciones futuras de forma global para abordar problemas locales.
  • Fomentar la cultura de inteligencia entre la sociedad y también entre la clase política contribuirá a una mejor defensa de los intereses económicos de España.
  • Hacer un buen diagnóstico es la base para formular un pronóstico que permita anticiparse a los acontecimientos.
  • Impulsar el empleo de la creatividad y del pensamiento crítico -y autocrítico- a la hora de afrontar el futuro.

Para terminar, me gustaría decir que nada de lo anterior tiene sentido si no partimos de la base de que la prioridad en el mundo de la inteligencia es el establecimiento de objetivos para diseñar una estrategia que permita alcanzarlos.

  1. REFERFENCIAS

https://www.dsn.gob.es/es/estrategias-publicaciones/estrategias/estrategia-seguridad-nacional-2017

https://www.elperiodico.com/es/politica/20200507/congreso-comision-reconstruccion-espana-coronavirus-7953284

https://www.reasonwhy.es/actualidad/italia-reconstruccion-economica-coronavirus-ceo-vodafone

https://administracion.gob.es/pagFront/espanaAdmon/directorioOrganigramas/fichaUnidadOrganica.htm?idUnidOrganica=130500&origenUO=gobiernoEstado&volver=volverFicha#.XseA7mgzbIU

https://www.europapress.es/nacional/noticia-sanchez-da-mas-poder-ivan-redondo-le-encarga-crear-oficina-estrategia-largo-plazo-20200114130458.html

https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/presidencia/Paginas/2020/140120-redondo.aspx

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