LA HERENCIA DE ZOROASTRO COMO PUERTA DE INFLUENCIA PERSA

Sobre el zoroastrismo se puede afirmar que se trata de una base religiosa influenciada por elementos del pasado irano-hindúes, cuyo resultado final supone una religión nueva con su cosmología, cosmogonía, escatología con cierto carácter de urgencia e inmanente. La idea de una salvación contribuyó a canalizar el pensamiento semítico/sumerio/caldeo e irano-hindú en las formas de un judaísmo en el destierro de Babilonia. Este judaísmo estaba doblemente influido por entrar en contacto con relatos complementarios o paralelos a los suyos, cuando no más precisos y profundos. Al fin y al cabo, Israel no dejaba de ser una nación de nómadas que inician su camino hacia la sedentarismo, y que compartían el mundo semítico y mesopotámico de los pueblos más poderosos y cultos, con mayor tradición e influencia (uno recibe y transmite la influencia en la misma proporción en que su desarrollo cultural y mental lo permite, de lo contrario estamos ante elementos asimétricos; o el dominante vivirá una aculturación total respecto a su superior dominado perdiendo lengua y buen número de costumbres, o bien se producirá un mestizaje impulsado por la élite en sentido ascendente/descendente). Israel en el destierro vivió la cultura caldea, y si Zoroastro existió, todo parece apuntar que también hubo un periodo de exilio babilonio de los judíos, a caballo del Imperio neocaldeo y los persas aqueménidas.

semítico/sumerio
Dios El venciendo a dos leones.

El judaísmo, como conjunto de tribus o Israel, siempre ha contado con claras influencias que se testimonian en la Biblia hebreo-aramea: influencias egipcias, cananeas, hititas, caldeas, semíticas… Estas extraordinarias influencias las legó el judaísmo al cristianismo y al islam que Mahoma y los que le siguieron construyeron.

En época de los arsácida podríamos ir fijando una progresiva promoción del zoroastrismo hacia una religión de Estado. Sería en este momento (225 a.C. – 226 d.C.) que las escrituras sagradas zoroastrianas tuvieron una primera compilación de la que tan sólo se sabe que pudo existir, y que contaría con alguna forma parecida a los Gathas antiguos Yasts o Yasnas de la época de los aqueménidas.

Also sprach Zarathustra

Partiendo del hecho que resulta harto difícil descubrir la realidad histórica de ciertos originadores de religiones, diremos que este hombre no sólo vivió, además podemos afirmar que quizás ciertos cantos del Avesta, los Gathas, o partes de estos son suyos. Podemos situarlo también dentro de la raza blanca indoeuropea que se dividió en dos ramas: una hacia Europa oriental y otra la aria o arya, que se subdividió a su vez en dos grupos; uno de ellos ocupó la India y el otro podríamos situarlo en Persia o Irán (“La tierra de los arios”). Todo parece apuntar que Zarathustra o Zoroastro nació en Irán oriental, y se podría situar su vida a caballo de los siglos VII-VI a.C. No en balde, la tradición zoroastriana confirmada por documentos árabes sitúan a Zoroastro unos trescientos años antes de la muerte de Alejandro Magno, cosa que nos llevaría al contacto de los judíos en Babilonia con caldeos y persas.

Ahura Mazda
Ahura Mazda, representación del bien

El rasgo principal del zoroastrismo es el dualismo.  El conflicto entre el bien y el mal daría comienzo en el principio, pero se precipita hacia un fin en cuya apoteosis el bien triunfará definitivamente sobre el mal. En el  zoroastrismo representa el bien Ahura Mazda, y el mal Ahriman. Pero en el zoroastrismo sólo hay un Dios, un Espíritu todopoderosos, que domina la creación, y es totalmente inmutable.

Las principales diferencias que trazó la reforma de Zoroastro respecto a las religiones iranias que le precedieron fueron la ausencia de elementos naturistas. Por eso no es descartable que los elementos naturistas que sobreviven en el Avesta hayan sido incorporados con posterioridad (siguiendo a Johannes Hertel en Die Zeit Zoroasters). Las hecatombes de animales, que tenían tanta importancia en los ritos anteriores, también fueron desterrados por Zoroastro, algo que a juzgar por la insistencia en los textos preocupaba sobremanera al profeta iranio[1]. Esta preocupación contrasta con la acción de los magos en lo que a inmolación de animales se refiere en época de Heródoto (1, 140; 8, 113, 191). Algo muy parecido sucedía con los ritos del haoma, cuyo equivalente sería el soma védico, que en la India propiciaba escenas de exaltación por sus efectos, y que disgustaban también a Zoroastro (Yasnas 32, 14 y 48, 10 y Heródoto 1, 133).

zoroastrismo
Ahura Mazda lucha contra Ahriman

Otro aspecto interesante es el lugar dónde habita el mal y los demonios: precisamente Ahriman se enseñorea sobre el norte, sobre el frío, donde gobierna sobre sus criaturas, y es allí dónde se halla la puerta del infierno, pasado el Mar Caspio… Las almas que allí van son aquellas que han escogido el mal en un acto de libre albedrío: el Mal Pensamiento, la Mala Palabra y la Mala Obra, siendo arrojados a la sima del Mal Espíritu. Este aspecto del zoroastrismo está vinculado también con los nómadas que habitan cerca de esa zona donde está el mal, y que caen sobre ellos a lomos de sus caballos para robarles sus ganados y saquear.

Por el contrario, el Paraíso o el Cielo supone para quienes han practicado el Buen Pensamiento, la Buena Palabra y la Buena Obra. estar en contacto con la mansión de Ahura Mazda. La felicidad prometida estriba en un acercamiento progresiva que va reduciendo la distancia entre el alma y Dios, además de estar cerca del Bien absoluto, que es Ahura Mazda. Tiene una triple partición: el Paraíso de los Buenos Pensamientos, en las estrellas; el Paraíso de las Buenas Palabras, en la Luna; y, el Paraíso de los Buenas Obras, en el Sol.

Ahriman
Ahriman

Establece el zoroastrismo que el mundo se precipita hacia su final en una gran batalla, cuya victoria será para Ahura Mazda. Ahura se enseñoreará sobre Ahriman y sus daevas, una suerte de demonios. Pero su victoria será aún mayor, pues vencerá sobre los pecados de los hombres, dando al final lugar a un nuevo mundo regido por Ohrmazd en que la resurrección y la inmortalidad tras el juicio final, además de la gloria completa de la creación se verán libre de todo lo que lo enturbia.

El zoroastrismo y los sasánidas

En el zoroastrismo de los sasánidas tenemos de nuevo un fenómeno de afirmación de poder de los magos aliados con el poder temporal en ascenso y con necesidad de continuidad, pero marcando cierta cesura y mayor legitimidad que el de los arsácidas. Con la llegada de los sasánidas (225-652 d.C.) tendríamos la creación de un momento de cesura y fundamentación imperial, expresada en la continuación de la religión del Estado de matriz zoroástrica (continuidad), pero que es preciso “purificar”. Así, Ardashir Papakán, fundador de esta nueva línea de descendencia, emprendió una labor para “rehacer” el Avesta, con lo que tuvo que contar con la ayuda del “archimago”; el mowbedan mowbed o sumo sacerdote de los altos sacerdotes, el equivalente del shahanshah o rey de reyes, Tansar. Así Ardashir  creó toda una suerte de escuela de pensamiento alrededor suyo.

Ardashir Papakán
Ardashir Papakán

Shapur I introdujo “esquejes” para fortalecer esta nueva creación cultivada en los círculos de poder persas, identificándose elementos propios del helenismo y de la India. Esto fijó el canon de las Escrituras Parsis junto a la jerarquía, esto permitió la influencia del  zoroastrismo en costumbres y cultos de la variedad persa. A las puertas de la invasión árabe, alrededor del siglo VI d.C., contaría con estos elementos, y quizás estaríamos hablando de un intento de impulsar en los creyentes una ola de vivificación de la fe debido a los cambios introducidos con el paso de los siglos. Al respecto, y como prueba de carencia de fe, podríamos aportar precisamente la falta de resistencia en aceptar la fe del invasor por parte de gran parte de la población, con la excepción de dos grupos: los guebres, que quedaron entre la antigua comunidad y que fueron perseguidos hasta que su número se fue reduciendo, y los parsis que prefirieron emigrar a la India antes que renunciar a su religión, una suerte de protectores de las esencias y de una interpretación de las mismas que se pretende pura[2]. Aunque la invasión y los intentos de progresiva aculturación por parte de los invasores despertaron el sentimiento nacional de los arios, y los llevó a impulsar el chiismo como respuesta en clave nacional contra los árabes.

Investiture of Sassanid emperor Ardashir II (3rd century CE bas-relief at Taq-e Bostan, Iran. On the left stands the yazata Mithra with raised barsom, sanctifying the investiture.[5]
Investidura del emperador sasánida Ardashir II A la izquierda se encuentra el yazata Mithra con barón elevado, santificando la investidura.

La consolidación durante los sasánidas: las herejías

La más destacada de todas las herejías es el zurvanismo, matriz tanto del gnosticismo como del maniqueísmo. La doctrina zurvanista cambia el motivo e interpretación del mito zoroastrista al decir que en el comienzo de los tiempos solo existía Zurvan, el dios del tiempo quien, deseando engendrar un hijo, realizó sacrificios durante mil años para conseguirlo; al dudar de si sus sacrificios serian efectivos o no, acabó engendrando en su seno no uno, sino dos hijos, Ohrmazd y Ahriman (el primero fruto de sus sacrificios, el segundo de sus dudas). Consciente de lo sucedido, prometió dar la soberanía del mundo al que naciera primero; Ohrmazd contó esto a Ahriman, quien inmediatamente rasgó el interior de su padre para nacer y presentarse ante él; Zurvan le preguntó quién era y Ahriman se hizo pasar por Ohrmazd; Zurvan, sin embargo, no pudo ser engañado, pues sabía que su hijo era luminoso y fragante, mientras que Ahriman era oscuro y hediondo. Cuando Ohrmazd nació y se presentó ante Zurvan, este le reconoció inmediatamente, haciéndole entrega del barsom, símbolo de la soberanía. Ahriman protestó alegando que supuestamente iba a entregársele la soberanía al primogénito; en consecuencia Zurvan le concedió́ gobernar el mundo durante 9.000 años, al fin de los cuales Ohrmazd ocuparía su puesto definitivamente. Este mito contiene las nociones principales de la doctrina zurvanista, donde el dios Zurvan se convierte en la figura central y generatriz de la creación y del dinamismo de un mundo invariablemente predestinado a contemplar el triunfo escatológico del bien.

Conclusiones y analogías. La influencia de su pensamiento

Fue gracias a Anquetil Duperron que en la Europa de fines del siglo XVIII que empezó a tenerse una noticia más sólida de la religión de los parsis, y esto fue debido a las traducciones que emprendió de los textos relativos al zoroastrismo y a estudios sobre dicha materia que otros orientalistas, junto a Duperron, hicieron. Así se pudo conocer lo que fue el zoroastrismo, y la influencia que tuvo en otras religiones como el judaísmo, el cristianismo, y el islam. La escatología y según qué conceptos morales y teológicos podrían rastrearse en Zoroastro y en quienes siguieron hicieron con su doctrina.

Anquetil Duperron
Zend-Avesta, Ouvrage de Zoroastre, 1771, por Anquetil Duperron

Pero el zoroastrismos trasciende a lo que desde el islam se llama “las religiones del libro”. Tomemos como ejemplo el budismo. Cuando en el inicio de la era cristiana esta doctrina se renovó produciéndose una sustitución de una doctrina de acción hacia otra de contemplación piadosa puede resultar posible rastrear una potencial influencia del zoroastrismo, que abarcaría los nombres de carácter tan espiritual como abstracto, usados para designar a ciertos Budas. Comparten la misma naturaleza del Paraíso que se promete a los elegidos, el recurso a un Mesías que ha de predicar la salvación del Mundo o el Maitreya (que ha nacido de Mithra) son ideas todas ellas, siguiendo a Sylvain Lévi en India y el mundo: "Tantas ideas, creencias, nombres que India no explica, que son tan extraños para el antiguo brahmanismo como para el budismo antiguo, tantas ideas, creencias, nombres que Son familiares para los zoroastrianos de Irán, desde donde ya han pasado hacia el oeste en el judaísmo de los profetas, y de allí en la doctrina del cristianismo. Entre las Perfecciones que el Bodhisattva debe conquistar, está en primer lugar la "Perfección del Salvador" Prajna-Pâramitâ, quien es exaltada como la Madre de los Budas. ¿Cómo no pensar en esta secta de los gnósticos, de las basílicas, de Valentin, una secta religiosa mucho más que una escuela filosófica, que surgió en el territorio iraní del cristianismo, y que proclama la salvación por la gnosis, "gnosis", el equivalente griego del sánscrito prajna? que es incluso parcialmente idéntico a él? Y como para poner fuera de duda la colaboración del genio religioso de Irán con el de la India en este período atormentado y fértil donde el cristianismo creciente preocupa al Imperio Romano, donde la nueva dinastía sasánida intenta en Persia la restauración integral Desde la ortodoxia avestica, hacia mediados del siglo III, un iraní, Mani, imagina una deslumbrante combinación de zoroastrismo, budismo y cristianismo; a uno le presta el dualismo fundamental, la lucha de los dos principios del bien y al mal, a los otros dos le presta su aparato legendario y mitológico, su organización militante, su práctica de confesión, sus formas literarias ".[3]

Siguiendo a Nyberg y profundizando en la idea de Gnosis, que tanta relevancia iba a alcanzar en el Mediterráneo oriental y en el espacio grecorromano de los primeros siglos después de Cristo, no es difícil rastrear en el zoroastrismo una parte que recuerdan precisamente a las gnósticas: la trasposición de una idea de la liberación hecha posible por un Salvador en el plano estrictamente espiritual y moral; la liberación de los lazos o de la prisión de la materia; el establecimiento de una antítesis entre los sentidos y la razón, entre la Materia y el Espíritu, entre lo plural y la unidad. La idea de “salvación” es central en el zoroastrismo , y está presente en los Sóter, σωτήρ (sōtēr) del mundo grecolatino. De ahí pasaría al cristianismo, pues Jesucristo recibió tal título y el mismo acrónimo del pez ΙΧΘΥΣ, correspondiente a Ἰησοῦς Χριστὸς Θεοῦ Υἱὸς Σωτήρ, es decir “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”. Para los cristianos Jesucristo también fue el verdadero Orfeo, por ejemplo, así lo atestigua San Clemente I; y retomando la cuestión del “Salvador” o Sóter tenemos al papa Soterius, que fue obispo de Roma entre 167 y 174 d.C.

Resultado de imagen de ΙΧΘΥΣ

Conclusión y aplicación

Se da el fenómeno, curioso pero lógico entendiendo algo mejor cómo piensan los persas después de éste análisis, de querer revitalizar en nuestros días el zoroastrismo en contra del chiismo. Se hace incluso aceptando el cristianismo, lo cual enlaza con la línea defendida por el ex presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, que pretendía girar su política propagandística hacia el pasado imperial (por ende, zoroástrico) del país. Se enmarcaba el intento con su afán de superioridad respecto a los turcos. Esta pugna es consecuencia de unos espacios compartidos a lo largo de siglos, y de tendencias históricas marcadas  por poderes en competencia o equilibrio en la región. Ahmadinejad no abandona formalmente el chiismo, pero recuerda la influencia del zoroastrismo a judíos, cristianos y árabes. Precisamente esta forma de nacionalismo persa le llevó a un enfrentamiento con la casta clerical iraní, principalmente con el líder supremo Ali Khamenei. De igual manera, Ahmadinejad acabó arrestado el 18/03/2018 acusado de ser uno de los que movían la calle en protestas contra la situación de Irán; lo que pretendía el ex presidente Ahmadinejad era situarse como representante de máxima autoridad del poder temporal, en la línea del rey de reyes o shahanshah, para equilibrar y reducir el predominio del poder espiritual. Este último poder está encarnado por el líder supremo, versión actualizada y consecuencia de la Revolución del mowbedan mowbed o sumo sacerdote de los altos sacerdotes.

Igualmente se ha podido comprobar la presencia de la cultura irania o pérsica en un espacio mayor que el marcado por el actual Irán, del que se haya testimonio en obras como el Šâhnâme o “El Libro de los Reyes” (poema épico escrito por el poeta persa Ferdowsi alrededor del 1010 d.C.). En dicho libro se puede seguir a personajes centrales, como Rostam o Zabol, por espacio pérsico que abarca Asia Central, incluido Afganistán o Pakistán. No hay que olvidar que el persa o Fārsī se habla en Irán, Afganistán, Tayikistán, Pakistán, Uzbekistán, regiones de Rusia e Irak[4], y esto precisamente les conecta históricamente con el norte de la India y Pakistán, y a través del chiismo con el sur de Irak, la costa del Golfo Pérsico, Yemen y a través del corredor chiita, hasta Siria. Estamos pues ante un espacio imperial-cultural-religioso que le permite ejercer una influencia en varias direcciones, pero también pone a Irán en competencia con espacios que ocupa Rusia. Por otro lado choca con espacios túrquicos, caso de Azerbaiyán, país túrquico pero de cultura y religión chiita. Pero precisamente sinergias espirituales y culturales propician también el equilibrio entre los poderes turco e iranio: la figura de Rūmī en persa o Mevlânâ en turco y su determinante influjo en el sufismo y su aportación como poeta es una suerte de puerta o vaso comunicante entre ambos poderes.

De manera que, entendiendo el fuerte componente cultural, religioso y nacionalista que presenta la cultura irania y su propia idiosincrasia, la forma de lograr un cambio de poder parte del hecho de dejar de alimentar el discurso “nosotros-ellos” o “el enemigo”, para alimentar un desarrollo del país que permita una estabilidad que rompa dicha dicotomía y así se generen las condiciones en las que el poder temporal equilibre al poder espiritual, dando una estabilidad a toda la región.

[1] Yasna 28, 1; 32, 10, 12 y 14; 33, 3-4.

[2] Esta idea resulta relevante. Investigando sobre los actuales parsis he visto que mantienen la idea de pureza racial, pues el zoroastrismo es una religión nacional. Y aunque se dan matrimonios mixtos, los hijos de dichos matrimonios no pueden ser considerados zoroastristas, al igual que los que abjuraron de su fe..

[3] LÉVI, Sylvain 1928 pp. 46-47

[4] Resulta escalrecedor seguir a Pikington y Yemelianova cuando afirman en "Islam in Post-Soviet Russia": "Among other indigenous peoples of Iranian origin were the Tats, the Talishes and the Kurds". O bien, Masti︠u︡gina y Perepelkin dicen en "An Ethnic History of Russia: Pre-Revolutionary Times to the Present", "The Iranian Peoples (Ossetians, Tajiks, Tats, Mountain Judaists)". Vitaliĭ Naumkin & Irina Zviagelskaia. 1996. p. 80.

Bibliografía

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Pikington, H., Yemelianova, G., "Islam in Post-Soviet Russia", Taylor & Francis, 2004.

WIDENGREN, G., The Gnostic Attitude by Geo Widengren: Edited and Translated from the Swedish by Birger Pearson, University of California, Berkeley, 2014.

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