GUERRA COMERCIAL, DILEMA DE MALACCA, Y PROTESTAS EN HONG KONG

El 2019 ha tendido varios eventos convulsos, y uno de los que más ha preocupado y condicionado a la comunidad internacional ha sido la guerra comercial comenzada por la Administración de Donald Trump contra China. Trump ya tenía clara la estrategia política a seguir con el país asiático, de hecho, el 21 de septiembre del 2011 Trump publicó un tweet diciendo “China no es ni amigo ni aliado”. Desde entonces y hasta que fue investido presidente los ataques no cesaron, al contrario, se incrementaron. En el 2017 la United States Trade Representative (USTR) comenzó las investigaciones pertinentes para averiguar si las importaciones de acero chino suponían un peligro para la seguridad nacional, y tras las investigaciones sobre el acero llegaron investigaciones sobre diferentes asuntos, como transferencia de tecnología, propiedad intelectual e innovación.  Estaba claro que ambos países entraban en una confrontación abierta por el control del comercio mundial.

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Chinese Steel Mill

La situación para Estados Unidos era perjudicial no sólo por el impago de la propiedad intelectual por parte de China; la balanza comercial era negativa para EEUU desde hacía muchos años y por un valor considerable. El déficit comercial alcanzó los 419 mil millones de dólares en el 2018, y fue precisamente en febrero de ese año que la Administración Trump comenzó a aplicar tarifas a la importación de productos chinos. La guerra comercial había comenzado; EEUU comenzó a denunciar a China frente a la Organización Mundial del Comercio (OMC), y China comenzó a su vez a aplicar tarifas a productos estadounidenses. Las sanciones americanas iban desde aplicar tarifas a productos agrícolas hasta prohibir a las compañías estadounidenses hacer negocios con la compañía tecnológica ZTE. Pocos productos han escapado de la escalada arancelaria estadounidense. El impacto en la economía estadounidense ha sido tan profundo que varias compañías del país han tenido que solicitar la exclusión de la guerra arancelaria de productos necesarios para poder cubrir la producción nacional; se habían visto afectadas las producciones de industrias esenciales de Estados Unidos, como la armamentística. Pero el abanico de productos chinos castigados con aranceles es más amplio que el abanico de aranceles a productos estadounidenses impuesto por China.

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Photograph by Pablo Martinez Monsivais / AP / Shutterstock

El país asiático no aplica aranceles al 31% de sus importaciones desde EEUU, dejando fuera de los aranceles importaciones de productos como aviones, por un valor de 14.1 mil millones de dólares, semiconductores, por 10.2 mil millones, y productos farmacéuticos, valorados en 3.6 mil millones. Estos datos muestran un desfase en la aplicación de aranceles entre los dos actores.  La guerra comercial se encuentra en estos momentos con sanciones estadounidenses por valor de 550 mil millones de dólares sobre productos chinos. China, a su vez, ha establecido aranceles sobre productos estadounidenses por un valor de 185 mil millones de dólares. La guerra ha obligado a recomponer la estructura comercial y económica de la mayor parte de los actores globales. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) estima que el comercio mundial va a verse afectado por las medidas proteccionistas y las políticas aislacionistas promovidas desde EEUU. No obstante, China ya había provocado un reajuste del comercio mundial con su plan One Belt One Road (OROB). El plan de China tiene como hoja de ruta la inversión de alrededor de 150 mil millones de dólares por año, con una inversión total cercana a los 900 mil millones en la construcción de puertos, oleoductos, plantas de generación de electricidad, puentes y ferrocarriles para vincular el comercio de China con Asia, Oriente Medio, África Oriental y Europa. El intento de EEUU de revertir la balanza comercial con China y de contestar al OROB a base de aranceles ha supuesto un nuevo reajuste del comercio global. Al final estaban chocando dos planes geopolíticos diferentes para el escenario indo-pacifico; por una parte China estaba desarrollando OROB, mientras por otro lado EEUU intentaba desarrollar la estrategia Free and Open Indo-Pacific (FOIP). Otra solución era necesaria desde EEUU para contrarrestar la apuesta de China por conseguir la hegemonía comercial global.

Malacca dilemma
Malacca Strait - Getty Images

Analizando la estructura comercial de China se ve que el país asiático es el mayor exportador global, y también el mayor importador. El país asiático es el principal socio comercial de un gran número de países, pero su poder comercial tiene puntos débiles. China envió productos por valor de 2.294 billones de dólares a todo el mundo en 2018, siendo los principales compradores de productos chinos Estados Unidos, con un valor de compra de 479.7 mil millones de dólares (19,2%), y Hong Kong, con un valor de compra de 303 mil millones de dólares (12.1%). HK es principalmente revendedor de mercancías chinas. En términos más amplios los porcentajes muestran que  el 47,8% de las exportaciones chinas van para países asiáticos, un 22,4% va para los países de América del norte, y un considerable 19,1% para Europa. La estructura de las exportaciones a nivel global tiene como pilar fundamental el transporte marítimo; UNCTAD estima que aproximadamente el 80 por ciento del comercio mundial se transporta por mar. China no es un país que sea ajeno a esos porcentajes, de hecho es el país que más depende del transporte marítimo; en el 2016 la importación vía marítima de acero por parte de China supuso el 70% del total global del volumen de las importaciones, en referencia al carbón las importaciones chinas fueron del 17,5% del total, igualmente China importó el 18,1% del crudo, y el 28,6% del tráfico marítimo de contenedores pertenecía a al país asiático. En términos globales China es el país con mayor presencia en los mares, y es el país que más ha invertido para conseguir el control o la influencia de una inmensa red de puertos en todo el globo. Esta expansión marítima se ha desarrollado dentro de la iniciativa Maritime Silk  Road (MSR). Aun así, las rutas marítimas de China para alcanzar los océanos Pacifico e Índico son tres; el estrecho de Sunda, el estrecho de Lombok, y el estrecho de Malacca, siendo este último el más transitado debido a sus condiciones naturales. Aproximadamente un 40% del total del comercio chino pasa por el Estrecho de Malacca, ya que es la salida natural más accesible desde el mar del sur de China. El país asiático es el mayor país importador de petróleo, viniendo la mayor parte de Oriente Medio y Angola, y el 80% del petróleo que consume ha de pasar por el estrecho de Malacca. Esta situación de debilidad comercial en las rutas de abastecimiento es lo que se ha denominado como el “Dilema de Malacca”, y solventar este dilema es uno de los objetivos de MSR. El mayor exportador global depende del petróleo que se transporta por una vía marítima que puede ser bloqueada fácilmente. Desde que comenzaron las protestas de Hong Kong el Ministerio de Transporte chino ha hecho varios llamamientos para incrementar la seguridad en sus buques, sin que consultores marítimos internacionales tengan certeza de la razón específica.

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Killer Chan Tong-kai with a catholic priest - AP: Mark Schiefelbein

Por su parte, la ciudad autónoma de Hong Kong es la base del sistema chino de “un país, dos sistemas”. El principal socio comercial de HK es China, siendo su segundo socio EEUU.  HK no es la ciudad con mayor importancia comercial de China, es la ciudad de Shanghai la que gestiona el mayor puerto de mercancías del mundo, pero si es Hong Kong la ciudad china donde más empresas extranjeras operan y desde donde llegan las mayores inversiones de capital; las inversiones de capital en China a través de Hong Kong suponen dos tercios del total de capital inversor. HK a su vez es el tercer centro financiero del mundo, detrás de Nueva York y Londres. La ciudad autonoma es dependiente de China, de hecho la balanza comercial es altamente negativa, pero China depende de HK para recibir Inversión Extranjera Directa, para redistribuir su mercancía, y para asegurar la salida de mercancías a través del mar del sur de China. La guerra comercial con EEUU ya ha conseguido mermar el volumen exportador de China, y los recientes conflictos en HK han conseguido redireccionar capital y empresas extranjeras hacia Malasia y otros países. Las protestas de HK han surgido por la propuesta de ley que permitía la extradición de residentes en HK a China, siendo una ley que podría haber pasado desapercibida. Más detalladamente, La ley de extradición entre Hong Kong, Taiwán, China continental y Macao habría permitido a las autoridades taiwanesas enjuiciar a un hombre de Hong Kong por asesinar a su novia embarazada y arrojar su cuerpo en los arbustos mientras estaba de vacaciones en la isla. Hay más casos en los que criminales y delincuentes huyen a HK, donde disfrutan de protección debido a la falta de marco legal para extradición.

Raed Al Saleh, Joshua Wong
Joshua Wong, leader of HK protest, meets Raed Al Saleh, leader of the White Helmets.

De una manera experta los manifestantes han conseguido colapsar la ciudad y atraer el apoyo de los grupos mediáticos occidentales.  Todos los elementos sobre la mesa hacían suponer que las protestas de HK eran una acción política encubierta, y según se sucedían los acontecimientos más evidente se mostraba que las protestas son una planificada vía de confrontación entre EEUU y China. La Cámara de Representantes de los EEUU aprobó un proyecto de ley que solicita a varios departamentos gubernamentales que consideren si los recientes acontecimientos políticos en Hong Kong requieren reconsiderar el estatuto comercial de HK. China ha contestado a esta propuesta de ley asegurando que la soberanía de China no está en juego ni en negociación, y ha advertido a EEUU de que si esa ley es aprobada habrá contramedidas. A su vez, los dirigentes de las protestas incrementaban su xenofobia hacia todo lo que procedía de China y solicitaban la intervención de EEUU. Desde EEUU hacía tiempo que se invertían millones de dólares a través del National Endowment for Democracy (NED) a la sociedad civil y las organizaciones políticas anti China, ahora hay solventes voces denunciando la inversión millonaria en las recientes protestas de HK. Hong Kong no sólo es la ciudad china con mayor número de entidades financieras, sino que, acorde a las denuncias del gobierno chino, es también la ciudad china desde donde operan la mayor parte de los servicios de inteligencia extranjeros que monitorean al país asiático; que no hubiese acuerdo de extradición entre HK y China era un aliciente para usar HK como base de operaciones de la división asiática de la CIA. Las denuncias de las autoridades chinas se basan en la relación de principales miembros de la disidencia de HK con la NED, y en la abierta defensa de las autoridades estadounidenses de los organizadores de los disturbios en la ciudad autónoma. Por otro lado, es información pública que el National Democratic Institute (NDI), que es una organización dependiente de NED, tiene su propia oficina en HK y se dedica a fomentar acciones contra la política de Pekin. Ante este panorama las autoridades chinas han cerrado filas en la defensa de la territorialidad y han advertido de que bajo ningún concepto HK dejará de ser una ciudad china.

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Chinese President Xi Jinping inspects troops at the People's Liberation Army (PLA) Hong Kong Garrison. June 30, 2017. REUTERS/Damir Sagolj

En un mundo hiperconectado pocos asuntos están aislados para dejar de ser parte de una cadena mayor de acontecimientos.  El surgimiento de China como un poder global ha generado preocupaciones en los antiguos poderes hegemónicos, como son EEUU y UK. Por esa razón los servicios de Inteligencia de estos dos países, y de sus aliados, comenzaron a monitorizar la actividad de China en el extranjero, desde sus inversiones hasta sus rutas comerciales. La guerra comercial de los EEUU contra el país asiático no ha sido más que un pretexto para poder iniciar una acción de más envergadura contra el nuevo poder global. La guerra de aranceles ha conseguido mermar la capacidad de exportación de China, pero al mismo tiempo ha afectado a la economía estadounidense. Con una acción política encubierta en HK se conseguían los objetivos de mermar el segundo mercado de exportaciones chino, mermar la principal entrada de capital extranjero en China, y complicar la salida de las exportaciones chinas desde el mar del sur de China hasta el estrecho de Malacca. Era evidente que en esta situación el gobierno chino tenía que tomar medidas enérgicas, y esa determinación mostró en el desfile militar del 70 aniversario de la toma del poder por el partido comunista; en el desfile se pudo ver parte del arsenal chino, con drones, misiles hipersónicos, y alta tecnología militar. Los miembros de la Association of Southeast Asian Nations (ASEAN) han decidido evitar posicionarse en defensa de uno u otro contendiente; por todos los medios los países de la región evitan que el conflicto se convierta en una decisión dicotómica que divida el sudeste asiático.

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