El sistema económico estadounidense tiene problemas a todos los niveles; en un sistema de crédito después del gasto viene la deuda, con intereses. Según el U.S. Debt Clock, la deuda del país estadounidense ha aumentado a 22,5 billones de dólares, lo que significa $68.400 por ciudadano, y $183,13 por contribuyente. De toda esa deuda $1, 6 billones pertenece a 44.2 millones de estudiantes estadounidenses, que deben de media $37,000 por estudiante. Según indica Forbes, más de 609,000 estudiantes deben más de $200.000 millones en préstamos estudiantiles. Pero el problema no es sólo con respecto a los jóvenes; hay personas de la tercera edad que adeudan préstamos estudiantiles. Hay más de tres millones de ciudadanos entre 60 y 69 que deben $85.4 mil millones en deuda estudiantil, y esta deuda los perseguirá hasta que estén en la tumba. La crisis de los préstamos estudiantiles es un problema social en Estados Unidos. La información proporcionada por las instituciones financieras revela sistemas educativos y de préstamos defectuosos. El hecho de que haya personas de la tercera edad con títulos universitarios, pero que debe préstamos estudiantiles, significa que estudiar en los Estados Unidos no garantiza que con educación se lleguen a pagar deudas. Esta situación es desesperada para millones de prestatarios millenials que nunca podrán pagar sus créditos. Casi el 50% de los millenials que poseen títulos universitarios opina que haber ido a la universidad no valía la pena.
Parece que es difícil ser estadounidense hoy en día, más incluso si eres un estudiante universitario. Los altos precios de la educación universitaria obligan a muchos estudiantes a tomar un préstamo. Los estudiantes pueden elegir dos tipos de préstamos, un préstamo federal financiado por el gobierno o un préstamo privado, de un banco o universidad principalmente. Los dos tipos tienen interés asociado, y aparte los estudiantes pueden solicitar otros tipos de financiación privada. Solicitar un préstamo es algo grave. Si los estudiantes no pagan las mensualidades, se etiquetan como morosos, y si los pagos mensuales no se pagan después de 270 días, se considerará un incumplimiento. Forbes informó que hay una tasa de 11.4% de morosidad o incumplimiento por parte de 5.1 millones de prestatarios, y esto hace una suma de $101.4 mil millones de deuda. El informe de Brookings Institution 2018 estima que el 40% de los prestatarios podrían incumplir sus préstamos estudiantiles para 2023. Día a día, el número de impagos aumenta y los estudiantes exigen más Public Service Loan Forgiveness. Sin embargo, sólo una minoría es elegible para este servicio; solo pueden solicitar las personas que trabajan a tiempo completo en organizaciones federales, estatales, de servicio público local y sin fines de lucro. Por lo tanto, lo que importa para el perdón de préstamos es la organización en la que uno está trabajando, no el trabajo o los ingresos que uno tiene. La deuda vinculada a los estudios universitarios está cambiando el comportamiento de los millenials; alrededor del 13% de ellos ni siquiera piensan en tener una familia, y no creen que serán propietarios de casas.
Caricatura por: Bob Englehart, Hartford Journal
La situación es una crisis nacional; el sistema está diciendo a los jóvenes que luchar por obtener conocimiento y educación no merece ya la pena. Los jóvenes están viendo cómo personas de la tercera edad han estado toda sus vida pagando una deuda obtenida cuando eran estudiantes universitarios, y esta situación no es atractiva para nadie. Lo peor es que muchas voces están culpando a los estudiantes acusándolos de falta de información sobre cómo funciona el sistema financiero, pero muchos informes afirman que los prestatarios saben muy bien cómo funciona el sistema, sin embargo, los problemas de su vida diaria los obligan a buscar fondos donde sea. El principal problema detrás de la crisis de prestamos estudiantiles es que después de obtener el título, los estudiantes no se embarcan en trabajos estables. Los políticos están haciendo propuestas vagas e imposibles; Bernie Sanders quiere retirar la deuda de todos los estudiantes, y pagar a los titulares de deudas con nuevos impuestos a Wall Street. Otros políticos demócratas desean hacer universidades libres de deuda, pero la forma en que se financiará no está definida. Hay una cosa segura; la deuda de los estudiantes seguirá aumentando, y la universidad será en unos años inasequible para una parte muy significativa de la población. Estudiar en los EE.UU. ya no será democrático.
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