LO QUE HAY DETRÁS DE ALGUNAS ORGANIZACIONES

Hay cuatro tipos de organizaciones que durante las últimas tres décadas han crecido como la espuma, y lo han hecho de una manera que ha pasado muy desapercibida para la opinión pública. La razón es que nunca se habla de ese incremento y de lo que significa, ni se establecen las debidas conexiones y modo de funcionar. Por orden de importancia en cuanto a su número, podemos destacar en primer lugar a:

Resultado de imagen de funded ngo"-Las ONGs y otras asociaciones sin ánimo de lucro.  Se ignora el número exacto, pero según Ayuda en Acción[1] hay más de 10 millones de ONGs en el mundo, siendo muchas de ellas muy pequeñas y de tipo local. Sólo el Foro Internacional de las plataformas nacionales de las ONGs, ahora renombrado como FORUS, reúne a 69 plataformas de ONG nacionales y 7 coaliciones regionales que representan a más de 22.000 ONG de todo el mundo: África, América, Asia, Europa y Pacífico. En conjunto, se considera que si las ONG fueran un país tendrían la sexta economía más grande del mundo. Eso es mucho dinero para tan escasos resultados. Se habla mucho de su papel humanitario, encomiable en la mayoría de los casos, pero muy poco del perfil empresarial de algunas, de su funcionamiento interno, y de su eficacia. Además, es curioso observar que una de sus principales fuentes de financiación son los propios gobiernos. Según un informe publicado en 2014 por La Fundación La Caixa, Price Waterhouse and Coopers y ESADE, un 60% de los fondos de las ONG españolas son financiados por el sector público.

No se pretende aquí analizar los entresijos de estas organizaciones[2], sino señalar que se han convertido en un potente movimiento que presiona a los gobiernos y están siendo capaces de imponer y condicionar la agenda internacional. No hay campo que no toquen; el humanitario, el social, el ecológico, animalista, etc, de tal forma que se han convertido en protagonistas del activismo social. Por eso, algunas de estas organizaciones a veces son usadas para otros fines, con  o sin su conocimiento. Se las usa por ejemplo para facilitar la penetración política en otros países, o para apoyar o servir de correa de transmisión de determinados discursos, a favor o en contra de lo que toque. Y por si alguien no lo sabe, desde hace muchos años existen las organizaciones no gubernamentales organizadas por gobiernos, conocidas por su acrónimo GONGO (government-organized non-governmental organization), frecuentes en el antiguo espacio soviético o el chino. Pueden tener un cierto fin social, pero sobre todo son un mecanismo de ciertos gobiernos para promover sus intereses políticos internos, o impulsar su política exterior y extender su influencia. Un ejemplo muy reciente de GONGO es el Institute for Statecraft, una organización benéfica con sede en Escocia fundada en 2009, que desarrolló un proyecto denominado Iniciativa Integridad[3] (filtrado por Anonymus en 2018) que al parecer estaba destinado a interferir en asuntos políticos en el propio Reino Unido y en otros países europeos, entre ellos España. Esto es algo muy alejado de cualquier organización benéfica o caritativa.

Es poco conocido que Bernard Kouchner fue el cofundador de  Médicos sin Fronteras que algunos malévolamente denominan mercenarios sin fronteras[4], fundados en 1971 y con sede en Suiza,  y fundador de Médicos del Mundo en  1980 (ya nadie recuerda la guerra de Biafra en Nigeria y lo que ocurría en África en aquellas momentos). Tanto Kouchner como MSF[5] han sido acusados en diversas ocasiones de estar al servicio de la DGSE francesa.

Manifestación Amnistía Internacional en Estocolmo, 2015

GreenPeace[6] ha sido utilizada en ocasiones para defender los intereses británicos en el exterior. Amnistia Internacional, financiada por la Open Society y el departamento para el desarrollo internacional de GB, tiene una doble vara de medir en según qué guerras. Los famosos Cascos Blancos que actúan en Siria fueron fundados por el ex oficial del Ejército Británico, James Le Mesurier[7], que tras su salida del Ejército trabajó en el mundo de la seguridad privada en diversos lugares del mundo, incluido el grupo Constellis, que agrupa varias Compañías privadas militares; Le Mesurier fue encontrado muerto en la calle en noviembre de 2019 a causa de una caída desde el balcón de su casa en Estambul. Justo una semana antes de su muerte, el Ministerio de Exteriores ruso le acusó por Twitter de trabajar para el MI6.

No sería justo acabar este apartado sin señalar que una cosa son los voluntarios que trabajan en las ONG, dejándose la piel por ayudar a los demás, y otra muy distinta lo que hay detrás de algunas de estas organizaciones, o cómo son utilizadas.

-Le siguen en importancia Las Compañías Militares y de Seguridad Privadas (CMSP), según la denominación de la ONU (Private  Military and Security Companies (PMSCs), vulgarmente conocidas como Contratistas, es decir, los  mercenarios[8] de toda la vida pero con otro nombre. El cambio de nomenclatura se debe a que ahora actúan en virtud de un contrato legal entre las partes. No se sabe con exactitud cuántas existen pero se calcula que hay alrededor de 45.000 de estas empresas, que mueven un volumen de negocio estimado en unos 100.000 millones de dólares anuales y actualmente están presentes en más de 35 países. No hay normas internacionales que regulen su funcionamiento. Sólo hay 70 recomendaciones de la ONU para regular esta actividad (documento de Montreaux 2008, firmado por 54 países, la OSCE, la UE y la OTAN,  que sólo ha sido ratificado por 17 Estados) pero que no obliga a las partes a seguir sus principios. Quizá no interese esa regulación porque deja las manos libres para que algunos gobiernos las utilicen sin verse ellos mismos implicados. Es lo que se llama la negación plausible.

Contratistas - photo The Economist

La opinión pública suele asociar a estas empresas con acciones armadas, posiblemente porque los medios de comunicación sólo han sacado a la luz algunos hechos escandalosos protagonizados por algunos de estos contratistas. Sin embargo, la mayoría de estas empresas ofrecen una amplia y variopinta gama de servicios, pues además de los servicios de seguridad (protección de instalaciones o personas, escolta de convoyes, etc.) y de participar en operaciones militares más o menos encubiertas, también realizan otras tareas especializadas como la obtención y análisis de inteligencia por medios HUMINT, SIGINT, IMINT, o la contrainteligencia, las comunicaciones, apoyo aéreo, desactivación de explosivos, ciberseguridad, logística, mantenimiento, instrucción y adiestramiento de combatientes, etc., todo lo cual exige disponer de medios tecnológicos complejos y costosos. No es de extrañar, por tanto, que algunas de ellas estén ligadas a grupos de presión, lobbys, al poder político o económico, o que empleen a muchos ex miembros de servicios de inteligencia. Lo que nos lleva a señalar que no sólo trabajan en lugares de conflicto sino que también lo hacen dentro de países en paz, realizando operaciones de distinta índole generalmente relacionadas con la obtención de información, espionaje, control de objetivos, ciberataques, etc., a veces patrocinados por un estado[9]-[10], por grandes poderes económicos[11], y también por el crimen organizado.

Parlamento Europeo

-Los lobbys, que en castellano son los cabilderos de toda la vida, son los conocidos grupos de presión[12], que tratan de influir en los poderes públicos para conseguir decisiones favorables a sus intereses. Grandes lobbys[13] son el armamentístico, el financiero, el sanitario, el energético, el ecologista,  el agrícola  o el tecnológico, por poner unos ejemplos. A fecha 31 de Marzo 2019, según el Registro de Transparencia de la UE, España contaba con 740 grupos inscritos. Los inscritos son fundamentalmente empresas u organizaciones empresariales,  pero también sindicatos, bufetes, administraciones regionales, y 168 ONGs. En Europa hay casi 15.000 asociaciones.

La palabra lobby suele tener una connotación negativa, a pesar de ser perfectamente legales. Sus actuaciones tienen una gran influencia en las decisiones de los órganos administrativos y regulatorios de las distintas actividades, lo cual no siempre es tan beneficioso para los ciudadanos como pretenden hacernos creer. Por esa razón siempre presentan sus argumentos como si fuese algo de gran interés, buscando precisamente que sus intereses se solapen con un supuesto deseo o preocupación general que, muchas veces, ya ha sido inducido o inculcado en nuestras mentes a través de informes o artículos de prensa que han sido cuidadosamente elaborados por esos laboratorios de ideas conocidos como think-tanks.

Estos grupos de presión suelen tener dos caras: por un lado tienen una pública y transparente, pero por otra tienen una faceta oculta y desconocida para la sociedad. Esta última es la preocupante porque a través de ella se ganan las voluntades para conseguir sus objetivos, para que se legisle en función de sus intereses. Las conocidas como “puertas giratorias” forman parte de esta cara oculta.

www.paulsmiths.edu

-Finalmente, están los laboratorios de ideas o centros de pensamiento, más conocidos como Think Tanks, que reúnen a pensadores, investigadores y expertos en diferentes campos, que generan pensamiento y promueven el debate y la reflexión y que se han convertido en importantes aliados a la hora de definir políticas que respondan a las amenazas del mundo en el que vivimos, pero que muchas veces no sólo responden a las amenazas globales, sino a los  intereses de grandes empresas multinacionales[14].

El calentamiento global y el cambio climático son dos conceptos distintos pero que se usan indebidamente como sinónimos, lo mismo que cuando se habla de energías verdes, ecológicas o renovables. Y si vamos al supermercado, resulta que el color predominante en los lineales es el verde y las etiquetas de muchos productos nos dicen que son ecológicos, saludables, bio o naturales, lo que produce la errónea pero buscada idea de que natural es equivalente a bueno.

Bajo la excusa de combatir el cambio climático y tener una alimentación sana, se está desarrollando ante nuestros ojos una feroz lucha entre distintos sectores que han descubierto un nuevo nicho de mercado, un pastel del que los más avezados ya reclaman su parte. Y además les corre prisa, pues a cualquier ojo un poco ducho no se le pasa por alto que hemos pasado en pocos meses de combatir el calentamiento global, al cambio climático y casi sin solución de continuidad llegamos a la crisis climática para seguidamente hablar de emergencia climática. Y es curioso que en la COP25 el mayor problema haya estado en el mercado de cuotas de CO2. Y eso que según declaró Antonio Guterres, Secreteraio General de Naciones Unidas,” faltan cinco minutos para la medianoche de la emergencia climática mundial”, recordando que la contaminación con carbón debe dejar de aumentar el año entrante para que se puedan cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Pero toda esta concienciación global que busca un mundo mejor no se estaría dando tan rápido si no contase con dos elementos imprescindibles: por un lado los think tanks que nos ilustran acercan de lo que es mejor para todos, por otro lado el uso de las nuevas tecnologías mediante las cuales nos “informan” mediante un continuo bombardeo de ideas base junto con informes realizados por sesudos expertos. Se podrían encontrar muchos ejemplos para ilustrar cómo estos think tanks nos van dirigiendo hacia una nueva forma de pensar y actuar, mientras los lobbys[15] buscan los apoyos políticos y legislativos favorables a sus intereses, no dudando en utilizar o crear asociaciones sin ánimo de lucro y ONGs con las que establecen convenios de colaboración patrocinando actividades o desarrollando campañas conjuntas para la captación de fondos bajo el lema de la responsabilidad social corporativa.

Los cuatro tipos de organizaciones mencionadas existen desde la antigüedad –siempre hubo organizaciones de caridad, mercenarios, pensadores y cabilderos-  pero nunca habían tenido tanto dinero, poder e influencia como ahora.


[1] https://ayudaenaccion.org/ong/blog/solidaridad/historia-de-las-ong/

[2] https://elpais.com/diario/2005/12/05/espana/1133737201_850215.html

[3] https://en.wikipedia.org/wiki/Institute_for_Statecraft

[4] http://www.revistalacomuna.com/internacional/las-multinacionales-del-humanitarismo-medicos-sin-fronteras/

[5] https://www.semana.com/mundo/articulo/siria-bombardeo-a-hospital-de-medicos-sin-fronteras-deja-25-muertos/460943

[6] https://www.elmundo.es/ciencia/2015/05/14/552fb34a268e3efc438b456d.html El gobierno Indio contra GreenPeace

[7] https://www.voltairenet.org/article194858.html

[8] La Convención Internacional sobre el uso de mercenarios (1977), ratificada en la Convención de Ginebra, no recoge a las CMSP, principalmente porque no se adaptan a la definición de “mercenario” y por la misma razón, tampoco las recoge la convención de la ONU de 1989, contra el reclutamiento, uso y entrenamiento de mercenarios.

[9] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45045383

[10] https://www.lavozdigital.es/cadiz/provincia/lvdi-david-morales-exmilitar-gaditano-reinventado-contratista-investigan-espiar-assange-201910091914_noticia.html

[11] https://www.publico.es/internacional/empresa-israeli-vinculada-al-ejercito.html

[12] https://www.abc.es/economia/abci-quienes-lobbies-poder-tienen-201206200000_noticia.html

[13] https://www.elblogsalmon.com/entorno/como-actua-un-lobby

[14] https://www.eldiario.es/theguardian/organizaciones-neoliberales-presionar-autoridades-regulaciones_0_862664470.html

[15] https://www.elespanol.com/mundo/20190821/lucrativo-activista-greta-thunberg-politicos-energeticas-financian/422958621_0.html

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